América Latina: un diálogo intercultural pendiente
FACULTAS PHILOSOPHICA
PHILOLOGICA 74
EL PROBLEMA DE AMÉRICA LATINA:
UN DIÁLOGO INTERCULTURAL PENDIENTE
Jaime Montes Miranda
Son ya muchos los investigadores de nuestro medio cultural que están proponiendo en
forma cada vez más insistente una especie de “inversión de la mirada”, esto es, un cambio
de perspectiva para entender los fenómenosculturales latinoamericanos.
Entre ellos encontramos antropólogos, sociólogos, psicólogos, psiquiatras, biólogos,
economistas, teólogos y, por supuesto, filósofos. Aunque en cada uno de ellos laten
problemas diversos, para todos les es común la vivencia de América Latina como un
“problema”. No tanto porque América Latina no pueda ponerse a la altura de los países
desarrollados, sino porque no sesabe “qué es” lo que se lo impide. Hay, pues, algo no
aclarado en el fondo de América que, por lo mismo, constituye un problema y llama a la
reflexión a los intelectuales latinoamericanos.
Ahora bien, “eso” que le impide a América Latina ingresar en el llamado “primer
mundo”, “eso que la frena”, es algo que tiene que ver con su “identidad cultural” y constituye
el centro de esta reflexión.Conjuntamente con las celebraciones del V Centenario del Descubrimiento de América
aparecieron voces de connotados pensadores latinoamericanos cuestionando el concepto
de “descubrimiento” y sustituyéndolo por otras nociones que iban desde el “tropezón” de
Colón hasta el “encubrimiento” y la “invención” de América por parte de España. Afines
a todas estas posturas se encontraba la evidencia deque las “esencias” de América permanecieron ignoradas entonces y siguen siendo ignoradas hoy en día.
Frente a tantos proyectos fracasados de toda índole, a tanto gasto inútil de dinero,
a tantos “tropezones” en las distintas líneas de desarrollo que la emergencia latinoamericana viene exigiendo, aparecen voces dispuestas a hacer un esfuerzo por eliminar arraigados
prejuicios y “des-ocultar” laverdadera realidad latinoamericana.
Este llamado a volver sobre el “problema” de América está dirigido fundamentalmente
a abrir la conciencia nacional y continental en aras de abarcar “todo” lo que América Latina
“es” y no solo la parte consciente, ilustrada y socialmente legitimada que “quiere ser” o que
“quiere pasar por ser” la totalidad de América, lo cual constituye siempre una forma deautoengaño.
Ahora bien, este volver la mirada hacia el fondo de América viene alimentado por
propósitos diversos que generan, a su vez, expectativas diversas. Se buscan demasiadas
cosas y se esperan también demasiadas cosas de esas búsquedas. Lo importante y grave es
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que, mientras tanto, América Latina no es capaz de construir un pensamiento que logre dar
cuenta de su realidadintegral.
El problema se agrava aun más en cuanto nos cercioramos de que la falta de esas
coordenadas culturales impide también pensar en cualquier proyecto cultural para la
región. Sus propias opciones culturales quedan sesgadas, cuestionadas, ocultas o abandonadas. Y los intelectuales latinoamericanos, en general, siguen sintiendo que la cuestión del
desarrollo y del progreso apunta más a aspectosestructurales de la región, y no solo a la
falta de oportunidades que eventualmente pudiéramos disponer.
Es fácil descubrir que el llamado “Chile oficial” tiene muy poco que ver con la realidad
que vive la gran mayoría de los chilenos y es fácil también percibir las contradicciones de
todo tipo que hay en esa pretensión universalista del oficialismo. Esa pugna probablemente
sea undenominador común a todos los países de la región salvando las distancias y las
peculiaridades de cada cultura específica.1
Abundante literatura hoy nos manifiesta aspectos de nuestra realidad que hasta hace
muy poco solo limitados círculos intelectuales estuvieron dispuestos a reconocer. Una cada
vez más amplia conciencia de las “humanidades”, en el sentido más amplio del término,
y de su rol...
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