Amor
Dicho esto, que no me parece necesario demostrar porque está demasiado a la vista, paso a exponer mi caso particular. Como es sabido,he desarrollado una serie de consideraciones y problemas sobre la historia reciente de España. Como cae de su peso, no pretendo haber encontrado la clave de nuestro pasado reciente, sino quesimplemente he documentado y argumentado una interpretación sólida al respecto. Y por sólida no quiero decir irrebatible, sino simplemente que se necesita un esfuerzo serio para rebatirla. Pues bien, si algome ha irritado es no ya la incapacidad, sino la ausencia de esfuerzo por rebatirlas por parte de quienes han sostenido otras interpretaciones. Las “críticas” recibidas de quienes parecían valoresacadémicamente serios, como los Juliá, Tusell, Preston y compañía, simplemente no valen dos duros, con perdón por el vulgarismo. Y sus poses de autoridad en la materia no engañarían a un niño algodespierto. Esta gente se ha dedicado a pedir, y practicar en la medida de sus posibilidades, una censura inquisitorial, o bien a falsear mis tesis de manera grotesca, a fin de “refutarlas” a un nivel casitabernario. He de decir, no obstante, que tampoco me hacía demasiadas ilusiones al respecto, porque cuando empecé mis propias investigaciones pensaba aproximadamente como ellos, y por tanto me percaté...
Regístrate para leer el documento completo.