Cuando hablamos de argumentación, o de argumentar, solemos pensar en determinadas actividades u oficios, nos viene a la mente la imagen del abogadodefendiendo a su cliente, la del político intentando convencer al posible votante, etc., etc. Sin embargo, la argumentación es algo más que eso, algo más cotidiano ymás habitual de lo que inicialmente pueda parecer, y muy útil, por cierto. Al fin y al cabo, argumentamos cuando intentamos convencer de algo a nuestros padres,a nuestros hijos, a nuestra novia, mujer, pareja, vecino, compañero o compañera de trabajo, amigos, y un largo etcétera. Argumentamos cuando hablamos defútbol, cuando discutimos de política, cuando exponemos ante los demás cualquier idea e intentamos convencerles de que estamos en lo cierto, o de que su postura osu opinión no es la correcta. Argumentamos incluso cuando escribimos un relato, una novela, un ensayo, porque los personajes literarios también dialogan,razonan, discuten…Sirva esta introducción a este breve libro, de apenas ciento cincuenta páginas, para tratar de llamar la atención sobre lo interesante y útitlque puede resultar una obra cuyo autor, Anthony Weston, nos ofrece una serie de reglas muy simples para construir buenos argumentos y las acompaña de útilesconsejos prácticos para que veamos con claridad cómo funcionan los diferentes tipos de argumentos y cómo plantearlos de la forma más concluyente. Y es quemuchas veces tenemos las ideas claras, sabemos lo que queremos decir e incluso tenemos ideas originales, pero no sabemos exponerlas y defenderlas ante los demás.
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