Arte mendocino contemporaneo

Algunas consideraciones acerca del arte mendocino contemporáneo. Entre un arte que muere y otro que no acaba de nacer.
[1]Oscar Zalazar


Existe un consenso en la escena local contemporánea: los nuevos géneros, las poéticas del fragmento, de la cita y del epigrama, los pastiches y las re-politizaciones del campo, conforman un conjunto de prácticas y de problemáticas sumamentecomplejas, y constituyen “algo nuevo bajo el sol”. El objetivo de nuestro trabajo es señalar la necesidad de pensar y discutir, escribir y deconstruir, programar y, con urgencia, cuidar este “algo nuevo”para que florezca en toda su potencialidad y significatividad. Después de todo, a pesar de lo predicado por ese milenarismo invertido con que se nos quiso sorprender en este fin de siglo, lacategoría de lo nuevo no parece hacer tocado a su fin. Lo nuevo y la novedad, la experimentación y la búsqueda de alternativas no van de la mano dela “muerte del arte”, aunque es cierto que hoy no hay razones para odiar al pasado, ni permanecemos en la esperanza del progreso.
Si hoy sabemos que la historia se repite, por supuesto como comedia la segunda vez, la puesta en escena contemporánea,de otra manera, su táctica es la del pastiche. La esfera del arte, el mundo del arte participa así del “nuevo siglo cultual”. Resultado, tal vez, de los proceso reciente de reformulación de lo público y lo privado, de lo culto, lo popular y lo mediático, de lo global y lo local, el- fin-del- modernismo, pero también el agotamiento de las promesas incumplidas de la modernización, la completaruina de la utopía de alcanzar una cultura estética pura, propia e incontaminada, la interminable experimentación y la abstractación como lenguaje de una sociedad “desarrollada”, el sueño colonial de alcanzar “el primer mundo”, las promesas de la modernidad, ilusiones arrasadas por la desindustrialización y el desguase del estado, la ruina ética de los partidos mayoritarios, con una crecientemafistización de las instituciones, mas la horrorosa extensión de la exclusión, la miseria y la violencia. Hemos pasado del Gobierno de los Asesinos al de los Ladrones, y aquí seguimos, después del 2001, mirando ese futuro biforme al cual no nos atrevemos a enfrentar
En verdad los 70 se cerraron con una expansión de lo público/autoritario, de lo “derecho y humano” y los múltiples CongresosMarianos desparramados sobre el cuerpo social, termino por convertirlo en una simple ausencia. Esta experiencia sublime, la experiencia del GENOCIDIO, constituye desde nuestro punto de vista, la experiencia estética fundamental, el punto cero, a partir desde donde se tiene que pensar de nuevo. Desde este punto de vista las obras son el síntoma, toda vez que el cuerpo democrático supuestamenterecuperado, fue incapaz de resolver esto: justicia, solidaridad, libertad, autonomía, derechos sociales, confusiones de una especie de desguase de las esperanzas democratizadoras en una posdictadura que todavía no se resuelve. Tal como afirmó lucidamente Ticio Escobar, el arte latinoamericano se juega hoy en un escenario melancólico con mucho de atroz y de sublime.
Las practicasartísticas contemporáneas son los fragmentos/documentos, síntomas e indicios de este contradictorio y rico proceso cultrual, es donde el arte contemporáneo ubica su escenario, donde se juega con la experiencia de esta destructividad, de estas preguntas que ya no emergen de una férrea confianza en el futuro, cualquiera fuera éste el imaginado, ni en la religión del progreso indefinido hacia lo mejor de lahumanidad. Nos dimos cuenta dolorosamente, al alcanzar la conciencia de nuestra experiencia como resto, como supervivencia, como nada, de no contar, de no tener derecho, ni ciudadanía, que estamos solo al margen del mundo.
¿Será por esta causa que las practicas árticas contemporáneas tienen este carácter de fragmento, de resto, de rareza, y en algunos casos, de relicto?.
Si...