artes visuales
La razón me decía que nocontinuase. Ya no podía hacer nada por aquel desdichado. El experimento no había resultado como yo había esperado, y ahora una terrible bestia amenazaba a la ciudad entera, por mi culpa. No. Debíacontinuar hasta las últimas consecuencias, aunque mi vida acabase en manos de aquella nauseabunda criatura. No había alternativa.
Unos pasos se escucharon al final del túnel, mientras mis pies avanzabandubitativos, y mis manos empuñaban con fuerza aquel frío trozo de hierro, que había tomado momentos antes. Finalmente, al doblar un recodo me encontré frente a frente con aquel perverso y deforme ser.Y habría jurado que me sonreía, con sus fauces desencajadas y cubiertas de sangre. Era la hora de la verdad.
SEGUNDA PERSONA:
No sabes cómo acabará todo eso, pero tu compañero está en peligro yno puedes dejar que pague por tus errores con su vida. No sería justo. Así que te adentras en la densa niebla vespertina de la estación de ferrocarril, en dirección al túnel. Un olor dulzón a sangre yvísceras proviene del mismo, inundando tus fosas nasales, abriéndose paso hacia tu cerebro, a estas alturas paralizado por el miedo. Sientes cómo tus músculos están rígidos y un sudor frío recorre tuespalda. Allí dentro, en la más opresiva oscuridad, un rugido gutural reverbera en un eco terrorífico.
La razón te dice que no continúes, que no se puede hacer ya nada por ese pobre desdichado....
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