Asistente Social

I .- CONSIDERACIONES PRELIMINARES


Hablar de Justicia y acceso igualitario a los derechos ciudadanos desde la perspectiva del Trabajo Social, es asumir los desafíos de la puesta en práctica de nuevas metodologías y líneas de acción, que tiendan a dotar a los sujetos de las competencias y las capacidades para desenvolverse, de manera más eficiente yefectiva, tanto en el ejercicio de estos derechos como en su rol de actores fundamentales de la vida social. Éstos desafíos son aún mayores dentro de un mundo en constante cambio, fruto de los vertiginosos avances de la Ciencia y la Tecnología, que si bien han derribado de cierta forma las fronteras y han posibilitado el acceso de las personas a la información, en la era de la Globalización,tienden a atomizar el cuerpo social y a hacer más difícil la participación en el ámbito público, sobre todo de aquellos sectores más carenciados y vulnerables.
Las nociones de ciudadanía, entonces, se hacen más difusas, aumentando la incertidumbre respecto a los alcances y a los efectos que puedan tener los cambios a escala planetaria sobre la percepciónque las personas tienen de los espacios públicos, de su entorno más inmediato y de sus derechos como ciudadanos. Como sostiene Fernando Mires: ”La velocidad microelectrónica de la vida ha borrado los límites entre el allí y el aquí... Como un vacío negro, desaparece nuestra individualidad tragada por una modernidad que no teniendo más que devorar, se devora a sí misma, y con ello a nosotros”.[1].

Esta situación se torna más compleja en los países subdesarrollados, donde el acceso a la “aldea global” se hace en condiciones de atraso social y desigualdad, lo que trae aparejado una desvinculación de las teorías (casi todas del mundo desarrollado) con la realidad de los países del llamado tercer mundo. Si a esto le sumamos el carácter cada vez másproblemático del concepto de ciudadano, tenemos el origen de la crisis de representación, que se perfila en la sociedad actual. Crisis que se verifica dentro del estado de derecho actual, en la forma de un sujeto receptor más que actor de sus derechos.“La filosofía política. tiende a trazar una genealogía del concepto de ciudadanía tomando en consideración la pluralidad de sus fuentes: el derechode estado, el derecho civil, los derechos del hombre, el derecho de los pueblos. Llega así a una definición del ciudadano como sujeto poseedor de derechos otorgados por la institución o por la constitución. Esta definición que está en la base de la comprensión de la crisis contemporánea de la ciudadanía, entendida principalmente como crisis de representación, tiene un aspecto equívoco, consideraral ciudadano como sujeto poseedor de derechos y reducir la cuestión a saber si esos derechos se ejercen o no”[2].
Ahora, si bien estos derechos inalienables están en la base de toda sociedad moderna, no es menos cierto que en la práctica el ejercicio de éstos, sobre todo en una sociedad en vías de desarrollo como la nuestra, encuentran diversosobstáculos, que se verifican en la escasa acción de los ciudadanos para hacer efectivos sus derechos, y en el cuasi vacío que perciben entre ellos y el marco legal vigente.
En los últimos decenios se viene produciendo una fuerte discusión teórica sobre los fundamentos éticos que sustentan los paradigmas modernos de la Democracia y la Ciudadanía. Discusión que,entre otros tópicos, se ha centrado en las diversas concepciones de sujeto; por un lado concepciones humanistas, que hacen hincapié en la autonomía y la intersubjetividad, y por otra parte, concepciones individualistas que ponen el acento en la subjetividad y la libertad entendida como independencia.
Si bien las diferentes teorías filosóficas y sociales...