Autoridad, familia, disciplina y redes sociales.

Autoridad, familia, disciplina y redes sociales.
Hace casi dos años, ha tomado relevancia a nivel nacional gracias a los medios masivos de comunicación, un episodio que fue denominado “la rateada mendocina”[1]. Como todos sabemos, popularmente se llama “ratearse” al hecho de que un menor se sustraiga a la obligación de concurrir al establecimiento educativo sin consentimiento de sus padres.Obviamente, no es ésta una práctica desconocida, ni mucho menos novedosa, pero lo que hizo que el hecho fuera noticia fue su masividad. Mediante la creación de un “grupo” en Facebook, se organizaron estudiantes de colegios enteros para ausentarse a clase y reunirse en la plaza principal de la capital de Mendoza a celebrar el día libre que los alumnos se dieron a sí mismos. El éxito de esta primerrateada provocó entusiasmo entre los organizadores, quienes proyectaban la realización de otra, pero ya a nivel nacional. Gracias a la inmediatez con que se reproducen las noticias en el ciberespacio, ésta se propago rápidamente, alarmando tanto a padres como a miembros de la comunidad educativa. Tanto así que una Asociación de Consumidores interpuso Acción de Amparo contra la red social mencionadacon el fin de que cierre grupos –e impida la formación de otros nuevos- que tengan como administradores a menores de edad y como fin la organización para una ausencia masiva a clases. Ello argumentando posibles lesiones a los derechos de integridad física y moral de los menores afectados -organizados-. A decir verdad, los fundamentos esgrimidos parecieran encubrir una realidad que va más allá de laprotección de los derechos de menores, y prima facie, podría tratarse de cuestiones relativas al respeto por la autoridad y el mantenimiento del orden social vigente.
Creemos que el análisis de los hechos puede realizarse desde dos perspectivas complementarias: por un lado lo relativo a las cuestiones de obediencia y sumisión dentro del ámbito familiar; y por otro, el rol de las institucioneseducativas y de derecho como dispositivos que encauzan las conductas sociales.
En cuanto a la primera perspectiva que planteamos, los estudios sobre la familia revelan que la educación ha estado íntimamente vinculada al sometimiento a la autoridad. La situación de dominación que se expresa dentro del seno familiar (ampliada, ya que tanto madre como padre gozan de autoridad en la sociedadcontemporánea) le anticipa al niño las condiciones materiales con las que ha de encontrarse en el mundo. “Puesto que, de facto, el padre es el más poderoso, lo es también de jure; el niño no sólo debe tener en cuenta esta superioridad: debe respetarla”[2]. El mensaje es claro: la sumisión es necesaria y lo importante es dejarse dirigir por una autoridad poderosa, para lograr progreso y satisfacción económica.Hay una influencia constante y recíproca entre sociedad y familia. El orden familiar es consecuencia del orden social establecido, y a su vez, la familia ejerce relaciones de poder que terminan por inmiscuirse en la formación del Estado mismo. Dado que el marco en el cual se inserta la familia es una sociedad dominada por las necesidades del modelo de producción capitalista en el que laspersonas “aceptan’’ vender su fuerza de trabajo influenciadas por mandatos sociales casi imperceptibles; a escala familiar la situación es muy parecida. El que posee empleo –posee dinero- está revestido de autoridad. La sumisión dentro de la familia se racionaliza y se respeta a quien la sustenta. Así las cosas, el dominio de un hombre por sobre otro es natural, como también son vistos de forma natural,y por ende respetados, el sistema económico y el productivo. En una civilización extremadamente consumista y vertiginosa, en la cual los cambios en las relaciones de producción son imprevisibles, saber adaptarse a éstos, es vivir dentro en la realidad. La familia prepara hombres sumisos capaces de adaptarse al contexto social que se presente en el marco del capitalismo tardío.
Pasando a la...