Café
La condiciónsimbólica del proyecto es también acorde al concepto a trabajar.
¿Por qué lo voy a hacer?
Tras definir el concepto, justificaremos la decisión por medio de aquellos elementos que nos ha arrojado elanálisis del contexto y de la problemática en particular.
Cada uno de los elementos definidos – y jerarquizados por cierto -nos colaboran a reafirmar nuestra estrategia de diseño.
El por quéencuentra sus respuestas en el contexto, en las variables programáticas y en las necesidades espaciales declaradas del proyecto.
¿Cómo lo voy a hacer?
Tras procesar las anteriores preguntas, viene unarespuesta que es tangible. El como lo voy a hacer responde a la definición de aquellos elementos arquitectónicos que permitan concretar el discurso.
Por ejemplo, la imagen del velero se concreta conestructuras cáscaras de hormigón armado. Un límite se define con una acción arquitectónica, por ejemplo un muro. La construcción del borde se hace a través de la interacción de un lado y otro, dondearquitectónicamente quedan definidos.
Al hacer explícitas las respuestas, nos obligamos a revisar la coherencia entre el planteamiento a nivel de discurso y la respuesta formal del proyecto. Esto permiteque sea revisada una determinada estrategia para lograr el objetivo propuesto.
Veamos otro ejemplo. Si a nivel de discurso planteamos una cuña, la respuesta del cómo lo voy a hacer queda condicionadoa la forma, la materialidad y la esencia de ésta.
Los proyectos de arquitectura deben ser analizados desde una óptica global, donde se contemple comprender el planteamiento del autor y el resultado...
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