Caminar

UNIVERSIDAD FINIS TERRAE

ANTROPOLOGÍA






Huella que marca mi reflejo en un andar cotidiano


Cierro la reja de mi casa, me pongo los audífonos a máximo volumen… así es como comienza mi rutina diaria. Es de costumbre en mí que siempre esté mirando todo y ande muy distraído por las calles santiaguinas escuchando mi música. Muchas veces me quedo pensandoen la hoja que se cae de un árbol, o de la gran cantidad y variedad de personas que hay en esta capital, pero un día me quedé mirando a las personas desde sus caderas hacia abajo, quedé impactado.


Soportan los golpes, el barro, el frío y el calor, las posas de agua y por supuesto nuestro peso. Nos llevan por doquier, nos guían en nuestro andar diario, nos permiten un caminar másliviano, pero a veces tropezamos por culpa de ellos e incluso en muchas ocasiones no hacen pasar las peores vergüenzas. A pesar de esto último ellos son imprescindibles en nuestras vidas, no podemos salir a nuestras aventuras diarias sin ellos, ya que todo se nos haría mucho más difícil, y por qué no decirlo, bastante más doloroso. Nuestra espalda sufriría de dolores, nuestros pies quedarían llenos depiedras, barro, astillas, vidrios e incluso en algunos casos hasta tendríamos excremento de animal en nuestras “patas” como acostumbro a decirles, y todo eso es poco.


Simplemente no imagino una vida sin ellos, o sea, no es sólo toda la protección que nos brindan, también nos dan una identidad, ellos reflejan lo que muchas veces no nos atrevemos a decir o incluso nos permitenidentificarnos con ciertos grupos de personas, por ejemplo, los oficinistas, los deportistas, las personas que simplemente no les interesa su forma de vestir. Pero, ¿quién toma en cuenta el verdadero valor de este objeto tan, pero tan necesario para las personas hoy en día?
“El arte-vida es viable a partir de una cotidianeidad acontecida como metáfora por cuya virtud aquella ocurre como proceso deevanescencia de la trivialidad y emergencia del misterio que procura el ascenso del sentido” (Arias, G., 2001: 45). Cada zapatilla, zapato, bota o botines son simples obras de artes diseñadas por un experto en busca del reconocimiento o de una remuneración, pero tras toda esa fantasía(1) se presenta una realidad innegable.


Huellas, huellas que uno va imprimiendo en el caminar diario,algunas son más marcadas, más vistas y esplendorosas que otras, pero todas dejan algo que queda para siempre. Como olvidar los grandes y desgastados zapatos de Charles Chaplin(2). Sin ir más lejos, un hombre de negocios que pisotea a sus empleados, un deportista que deja sus pies en una carrera, o simplemente esas zapatillas desconocidas para el mundo, pero que dejan una marca en lo profundo de cadapersona, la zapatilla regalona que después de mucho tiempo es botada a la basura por que están desgastadas, sucias, rotas y con mal olor, esas que te acompañaron en momentos muy importantes, como el conocer un nuevo lugar, país, estuvieron sosteniendo tú cuerpo en ese primer beso o con ellas corriste más rápido que nunca para entregar a tiempo algún trabajo. “El sujeto se acopla a una realidad, enun acto que sin serlo –necesariamente– se vincula con la carga emotiva, sensorial, erógena, del encuentro intersubjetivo” (Droguett, R., 2009: 48). Así es, ellas se van y son sustituidas por unas nuevas y ahora toca caminar de nuevo.

Las zapatillas, sí, es verdad mi ensayo crítico es sobre este tema, algo que normalmente pienso que es insignificante, sin embargo le estoy dedicando largas horasde reflexión y mucho tiempo de sueño, esto claramente cambia mi modo de ver el calzado. Lo que me sucedió con las zapatillas es una transfiguración estética(3). Éste realmente marca una tendencia, basta con caminar unos minutos por las calles de la ciudad para darse cuenta de que muchos jóvenes chilenos andan con la típica zapatilla Adidas blanca con dos líneas de color negro o azul. Ahora que...