Cartas de paulo freire
PAULO FREIRE
En cierta ocasión una alfabetizadota nordestina discutía, en su círculo de la cultura una codificación que representaba a un
hombre que, trabajando el barro, creaba un jarro con las manos. Discutían sobre lo que es la cultura a través de la
“lectura” de una serie de codificaciones, que en el fondo son representaciones de la realidad concreta.
El concepto decultura había sido aprehendido por el grupo a través del esfuerzo de comprensión que caracteriza la
lectura del mundo y/o de la palabra. En su experiencia anterior, cuya memoria ella guardaba en su interior, su
comprensión del proceso en el que el hombre, trabajando con el barro, creaba el jarro, comprensión gestada
sensorialmente, le decía que hacer el jarro era una forma de trabajo con lacual, concretamente, se mantenía. Así como el
jarro no era sino el objeto, producto del trabajo, que una vez vendido posibilitaba su vida y la de su familia.
Ahora bien, yendo un poco mas allá de la experiencia sensorial, superándola un poco, daba un paso fundamental:
alcanzaba la capacidad de generalizar que caracteriza a la “experiencia escolar”. Crear el jarro a través del trabajotransformador sobre el barro no era sólo la forma de sobrevivir sino también de hacer cultura, de hacer arte. Fue por eso
por lo que, releyendo su anterior lectura del mundo y de los quehaceres en el mundo, aquella alfabetizadora nordestina
dijo segura y orgullosa: “Hago cultura. Hago esto.”
En otra ocasión presencié una experiencia semejante desde el punto de vista de la inteligencia delcomportamiento de
las personas. Ya me he referido a este hecho en otro trabajo anterior pero no hace mal que ahora lo retome.
Estaba yo en la isla de Sau Tomé, en África Occidental, en el folgo de Guinea. Participaba en el primer curso de
capacitación para alfabetizadotes junto a educadores y educadoras nacionales.
Un pequeño pueblo de la región pesquera llamado Porto Mont había sidoescogido por el equipo nacional como centro de
las actividades de capacitación. Yo ya había sido escogido por el equipo nacional como centro de las actividades de
capacitación. Yo ya había sugerido a los miembros del equipo nacional que la capacitación de los educadores y de las
educadoras no se efectuase siguiendo ciertos métodos tradicionales que separan la teoría de la práctica. Nitampoco a
través de ningún tipo de trabajo dicotomizante de la teoría de la practica que menospreciase la teoría, negándole toda
importancia y enfatizando exclusividad la práctica como la única valedera, o bien negase la práctica atendiendo
exclusivamente a la teoría. Por el contrario, mi intención era que desde el comienzo del curso viviésemos la relación
contradictoria que hay entre lateoría y la práctica, la cual será objeto de análisis en una de mis cartas.
Por esta razón yo rechazaba cualquier forma de trabajo en que reservasen los primeros momentos del curso para las
exposiciones llamadas teóricas, sobre el tema fundamental de la capacitación de los futuros educadores y educadoras.
Momento éste para los discursos de algunas personas, consideradas como las máscapaces para hablarles a los otros.
Mi convicción era otra. Pensaba en una forma de trabajo en que en una misma mañana se hablase de algunos
conceptos-clave-codificación y descodificación, por ejemplo-como si estuviésemos en un momento de presentaciones, sin
pensar ni por un instante para dominar la comprensión de los mismos. Eso lo lograría la discusión crítica sobre la práctica
en queiban a iniciarse.
Así, la idea básica, aceptada y puesta en práctica, era la de que los jóvenes que se preparasen para la tarea de
educadoras y educadores populares debían coordinar las discusiones sobre codificaciones en un círculo de cultura de
veinticinco participantes. Los participantes del círculo de cultura tenían conciencia de que se trataba de un trabajo de
capacitación de...
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