Ciclos Vitales
Páginas: 45 (11172 palabras)
Publicado: 28 de enero de 2013
José Miguel Sánchez Cámara
josemiguel@psicotrans.com
www.escuelatranspersonal.com
LOS CICLOS VITALES
Nuestra identidad personal siente la necesidad de encontrar un fundamento estable para aquello que es ilusorio: un conjunto de ideas y creencias sobre uno mismo, basado en una interpretación de los hechos de la propia biografía.
La referencia al pasado para encontrar una base sólida al“sentimiento del yo” es tan inestable como tratar de construir sobre arenas movedizas, lo que genera un sentimiento de ansiedad de fondo permanente, arraigado en la primera etapa de la vida donde nos inquieta saber quién somos: la adolescencia.
El adulto cierra su pasado, y fija una “narración” sobre su vida que cimenta las bases de una personalidad más o menos estable. En ese momento, elprograma de la personalidad ejecutará aquellas respuestas más probables, es decir, aquellas que han quedado automatizadas por repetirse más frecuentemente.
En términos sociales, se traduce en una sensación de seguridad y control sobre uno mismo y sobre los demás. La inseguridad cognitiva se diluye al creer que sabemos cómo son los demás, siempre en relación a la propia perspectiva. Vemos a losdemás a través del cristal de nuestros propios valores y tendencias… por lo que nuestra propia biografía se proyecta en la visión de los demás, tiñendo las interacciones de subjetividad.
Si alguna persona altera su personalidad, ejecutando respuestas no predecibles, sentimos una enorme inquietud, si esa alteración se traduce en impredicibilidad. La reacción habitual suele ser sofocar los intentos decambio, y asumir que algún tipo de locura pasajera ha debido apoderarse de esa persona, más cuanto más implicación tengamos en el vínculo.
¿Por qué es esto así? ¿Por qué´ necesitamos instalar la cláusula económica de “ceteris paribus” en nuestras relaciones, esto es, asumir que las demás variables de nuestra vida permanecerán estables?
Desde una perspectiva sistémica, vemos que laalteración de cualquier elemento del sistema tiende a generar una transformación global. El cambio en el otro induce la idea de que la personalidad no es tan estable como suponemos, y nos hace plantearnos si nosotros también damos algún paso en alguna dirección de transformación.
Dado que la transformación implica en algún modo la muerte de una parte de nuestra personalidad, preferimos seguir aferrado alviejo yo conocido, por muy infelices que sepamos que nos haga.
Al llegar a consulta psicoterapéutica, nos encontramos con una frecuente paradoja. El paciente quiere mejorar su vida sin realizar ningún cambio sustancial en su forma de actuar. Cuando esta paciente es niño o adolescente, y es traído a consulta por la familia, se pretende que cambiemos al niño sin modificar la estructura familiar…lo cual resultará a todas luces inviable.
Desde una perspectiva transpersonal, no existe tal cosa como un “problema individual”. El alma del paciente está imbricada en toda una red de interacciones sociales que tienen como objetivo la transformación de un alma colectiva, unida a través del inconsciente con todos aquellos puntos focales en los que se entreteje el amor a través de los vínculos.Amor que a menudo se disfraza con los ropajes emocionales del odio, el rechazo y la exclusión, no solo a través del afecto y la admiración.
Evolutivamente el ser humano prepersonal, mítico, anterior al nivel de conciencia racional-científico estructuraba el cambio de forma colectiva a través del ritual cultural. Legado de los cambios estacionales de la naturaleza, con sus ciclos de luna ymareas, de cosecha y siembra, la vida humana se interconectaba con el cambio presente en ellos.
La ansiedad existencial era menor, ya que de alguna manera la transformación de la personalidad a través del tiempo era narrada a través de los cuentos y las creencias populares. La perspectiva mítica aportaba seguridad en el cambio, en las reglas universales que lo regían, desde el alma del niño, al...
josemiguel@psicotrans.com
www.escuelatranspersonal.com
LOS CICLOS VITALES
Nuestra identidad personal siente la necesidad de encontrar un fundamento estable para aquello que es ilusorio: un conjunto de ideas y creencias sobre uno mismo, basado en una interpretación de los hechos de la propia biografía.
La referencia al pasado para encontrar una base sólida al“sentimiento del yo” es tan inestable como tratar de construir sobre arenas movedizas, lo que genera un sentimiento de ansiedad de fondo permanente, arraigado en la primera etapa de la vida donde nos inquieta saber quién somos: la adolescencia.
El adulto cierra su pasado, y fija una “narración” sobre su vida que cimenta las bases de una personalidad más o menos estable. En ese momento, elprograma de la personalidad ejecutará aquellas respuestas más probables, es decir, aquellas que han quedado automatizadas por repetirse más frecuentemente.
En términos sociales, se traduce en una sensación de seguridad y control sobre uno mismo y sobre los demás. La inseguridad cognitiva se diluye al creer que sabemos cómo son los demás, siempre en relación a la propia perspectiva. Vemos a losdemás a través del cristal de nuestros propios valores y tendencias… por lo que nuestra propia biografía se proyecta en la visión de los demás, tiñendo las interacciones de subjetividad.
Si alguna persona altera su personalidad, ejecutando respuestas no predecibles, sentimos una enorme inquietud, si esa alteración se traduce en impredicibilidad. La reacción habitual suele ser sofocar los intentos decambio, y asumir que algún tipo de locura pasajera ha debido apoderarse de esa persona, más cuanto más implicación tengamos en el vínculo.
¿Por qué es esto así? ¿Por qué´ necesitamos instalar la cláusula económica de “ceteris paribus” en nuestras relaciones, esto es, asumir que las demás variables de nuestra vida permanecerán estables?
Desde una perspectiva sistémica, vemos que laalteración de cualquier elemento del sistema tiende a generar una transformación global. El cambio en el otro induce la idea de que la personalidad no es tan estable como suponemos, y nos hace plantearnos si nosotros también damos algún paso en alguna dirección de transformación.
Dado que la transformación implica en algún modo la muerte de una parte de nuestra personalidad, preferimos seguir aferrado alviejo yo conocido, por muy infelices que sepamos que nos haga.
Al llegar a consulta psicoterapéutica, nos encontramos con una frecuente paradoja. El paciente quiere mejorar su vida sin realizar ningún cambio sustancial en su forma de actuar. Cuando esta paciente es niño o adolescente, y es traído a consulta por la familia, se pretende que cambiemos al niño sin modificar la estructura familiar…lo cual resultará a todas luces inviable.
Desde una perspectiva transpersonal, no existe tal cosa como un “problema individual”. El alma del paciente está imbricada en toda una red de interacciones sociales que tienen como objetivo la transformación de un alma colectiva, unida a través del inconsciente con todos aquellos puntos focales en los que se entreteje el amor a través de los vínculos.Amor que a menudo se disfraza con los ropajes emocionales del odio, el rechazo y la exclusión, no solo a través del afecto y la admiración.
Evolutivamente el ser humano prepersonal, mítico, anterior al nivel de conciencia racional-científico estructuraba el cambio de forma colectiva a través del ritual cultural. Legado de los cambios estacionales de la naturaleza, con sus ciclos de luna ymareas, de cosecha y siembra, la vida humana se interconectaba con el cambio presente en ellos.
La ansiedad existencial era menor, ya que de alguna manera la transformación de la personalidad a través del tiempo era narrada a través de los cuentos y las creencias populares. La perspectiva mítica aportaba seguridad en el cambio, en las reglas universales que lo regían, desde el alma del niño, al...
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