Ciencia

CIENCIA

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El hombre, precisamente en virtud del desarrollo de las ciencias, está expuesto a la tentación dedar una interpretación naturalista del mundo; ante la multiforme riqueza de las cosas, de su variedad y belleza, corre el riesgo de absolutizarlas y casi de divinizarlas haciendo de ellas el fin supremode su vida. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de las riquezas, del placer, del poder que precisamente pueden derivar de las cosas materiales. Para resistir esa tentación sutil, el Espíritu Santosocorre al hombre con el don de la ciencia. Ella le ayuda a valorar rectamente las cosas en su dependencia esencial del Creador. Gracias a ella “el hombre no estima las criaturas más de lo que valeny no pone en ellas, sino en Dios, el fin de su propia vida” (S. Tomás de Aquino).
EL HOMBRE Y LA CIENCIA
El hombre logra así descubrir el sentido teológico de lo creado, viendo las cosas comomanifestaciones verdaderas, aunque limitadas, de la verdad, de la belleza, del amor infinito que es Dios y, como consecuencia, se siente impulsado a traducir este descubrimiento en alabanza, oración,acción de gracias. Así lo sugiere el salmista: “El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento pregona la obra de sus manos” (Sal 18); “Alabad al Señor en el cielo, alabadlo en su fuerte firmamento/Alabadlo sol y Luna, alabadlo estrellas radiantes”
(Sal 148).

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Descubre la infinita distancia que separa a las cosas del Creador, suintrínseca limitación. Es un descubrimiento que le lleva a cultivar la humilde y a reconocer su pequeñez; le empuja a volverse con mayor confianza a Aquel que es el único que puede apagar plenamente lanecesidad de infinito que le acosa. Esta ha sido la experiencia de los Santos, pero de forma singular la vivida por la Virgen que, con el ejemplo de su itinerario personal de fe, nos enseña a caminar...