Como Dar La Palabra Al Niño

ANTOLOGÍA DE
GRACIELA GONZÁLEZ MENDOZA
COMO DAR LA PALABRA AL NIÑO




El maestro tiene por tarea esencial desarrollar el respeto y el amor a la verdad, la reflexión personal, los hábitos de libre examen al mismo tiempo que el espíritu de tolerancia; el sentimiento del derecho de la persona humana y de la dignidad, la conciencia de la responsabilidad individual al mismo tiempo que elsentimiento de la justicia y de la solidaridad sociales, y la adhesión al régimen democrático y a la República.

GREGORIO TORRES QUINTERO


























ÍNDICE

Prólogo
Herminio Almendros, La imprenta en la escuela
Una técnica pedagógica
Los primeros pasos de la técnica
Consideraciones y extensión de la técnica
La técnica Freinet en la práctica
El trabajolibre en torno a actividades y técnicas complementarias.

Elise Freinet, ¿Cuál es el papel del maestro? ¿Cuál es el papel del niño?
Primero, afirmar los derechos de los niños en una sociedad en que él es multitud
La educación es el lugar del reencuentro del pensamiento del adulto y el pensamiento del niño
Dejar que el niño vaya hacia su verdad
La sutil asociación entre el adulto y el niñoLa eterna discusión sobre el realismo
Una cultura viva, una cultura al aire libre
Conclusión
Lista de ilustraciones








PROLOGO

España, 1929. Una prensa escolar de las que fabricaba la Cooperativa de Enseñanza Laica (CEL) llegó a manos de Herminio Almendros, inspector escolar de una región catalana, acompañada de un comentario entusiasmado acerca del ensayo que Freinet estabarealizando en Francia y la petición para escribir español un libro que explicara la técnica de la imprenta en la escuela.
Celestin Treinta, un joven maestro rural, hijo de campesinos, excombatiente de la primera guerra mundial, iniciaba en Francia un movimiento pedagógico que con el tiempo incorporó a miles de maestros y trascendió las fronteras de su país.
¿Cuál es la historia de estemovimiento?
“Me gustaría mucho de atribuirme un talento especial que hubiera podido predestinarme para este papel de líder. Incluso hubiera sido posible que, como la mayoría de mis colegas, me hubiera contentado con la apacible rutina que conduce a la jubilación, sin demasiados esfuerzos y preocupaciones.
“Cuando regresé de la gran guerra, en 1920, no era más que un gloriosos herido del pulmón,debilitado sofocado, incapaz de hablar en clase más que unos cuantos minutos. No obstante mi respiración comprometida, hubiera podido tal vez, con otra pedagogía, cumplir normalmente con una profesión que amaba. Pero dar lecciones a niños que no escuchaban y no comprendían –sus ojos vagos lo decían con suficiente elocuencia-, interrumpirse a cada instante para llamar al orden a los soñadores y a losindisciplinados por los apostrofes tradicionales:
-¿Quieres callarte?
-¿Terminarás de golpear tus pies contra el pupitre?
¡Repite lo que acabo de decir…!’’’
Freinet buscaba nuevos recursos no solo para compensar su carencia de voz, “instrumento número uno” como el decía, de la escuela tradicional.
Quería también llegar a comprender a esas criaturas que le aran tan queridas, a penetrar suspensamientos y descubrir su más intimas motivaciones.
Curioso y apasionado, leía a Rousseau y a Pestalozzi, y a los psicólogos suizos, que proclamaban nuevos conceptos sobre el niño y proponían nuevos caminos liberadores. Asistía a congresos. Visitaba escuelas experimentales. Pero de vuelta en su clase se desesperaba al ver que las teorías y los materiales flamantes no se ajustaban a su escuelade pueblo. Buscaba, en fin, el camino que le permitiera mejorar su trabajo de acuerdo con las nuevas corrientes educativas y dentro de sus limitadas posibilidades.
“Hubo, al principio de mis investigaciones, la necesidad que tuve de mejorar mis condiciones de trabajo acrecentando su eficacia en lo posible… y hubo también una obstinación insensata por honrar una profesión que amaba y que había...