Como investigar sin destruis

Hoy leí en el diario que Egipto le está pidiendo al museo de Berlín que proceda con la devolución de la efigie de Nefertiti, espeso de Akenatón, uno de los faraones egipcios. Dentro del reclamo se pone en tela de juicio la forma en que la misma fue extraída de Egipto hace ya unos cuantos años cuando un arqueólogo alemán la descubrió, se acusó a este hombre de haber declarado que lo que se llevabaera una un replica hecha en yeso pero que en su lugar extrajo del tesoro egipcio el original sin más autorización que la de un funcionario francés!
En la misma nota daban cuenta de otros pleitos parecidos relacionados a distintas e invaluables huellas que la historia ha dejado en diferentes lugares del mundo y que fueron apropiadas por las grandes potencias colonizadoras con la excusa de queeran la recompensas merecidas por el “buen trabajo” realizado en sus empresas de conquista, o bien, más recientemente aluden que en sus manos están mejor protegidas.
Esto me hizo pensar en principio en dos problemas. El primero de ellos más a nivel internacional me hace preguntar si es válido que se explote turísticamente sitios históricos que amén de que son destruidos por el paso imprudente de losvisitantes, muchas veces se trata de lugares sagrados o con una carga cultural muy fuerte para la sociedad en la que se encuentran.
Mi segundo punto evidentemente se relaciona con el primero pero tiene una especial relevancia por el hecho de que mi futuro (al estudiar la carrera de Licenciatura en Historia), se encuentra en esos hallazgos. ¿Hasta dónde puede llegar las ambiciones de lucroentorno a estos lugares y cómo calcular el daño que ocasiona a la posibilidad de que aquellos que se prepararon para estudiarlos?
La realidad es al plantear la restitución o la prohibición de que la que burdamente podríamos denominar gente del común circule y visite lugares históricos nos enfrentamos a una serie de problemáticas que van más allá de la conservación para su estudio de éstos espacios yobjetos.
En primer término, debemos hacernos la siguiente pregunta ¿Quién está lo suficientemente calificado o tiene el poder para determinar qué lugar debe ser protegido de visitas inexpertas y qué lugar no? Mi humilde respuesta es nadie. Es un hecho que si bien existen grandes autoridades en una gran variedad de campos y materias, nadie pude arrojarse el derecho de tomar semejante decisión.¿Quién podría prohibirle a la humanidad el conocimiento que se adquiere a partir de la experiencia vívida? ¿No se correría el riesgo de restringir el saber a una elite académica que maneje el lenguaje de los “profesionales” en una materia específica? Más aún y vuelvo a mi primer interrogante ¿En base qué criterios se podría determinar que estudioso está o no capacitado para poder acceder al contactos conestos grandes hitos del hombre? Una vez más me parece que la respuesta es nadie.
En segundo término se impone tomar en cuenta los réditos monetarios que estos mismos espacios y objetos les da a las comunidades, ciudades y pueblos en los que se encuentran. Muchísimos son los ejemplos de comunidades que basan su prosperidad económica en la explotación turística de su patrimonio histórico, MachuPichu, las Pirámides de Egipto, el Partenón, el Coliseo Romano, la Gran Muralla China, son algunos de los tantos lugares que pasan por este proceso.
La industria del turismo mueve miles de millones de dólares año a año y da salida laboral a millones de personas alrededor del mundo, no sólo a quienes aprovechan directamente los vestigios históricos sino que además, no podemos dejar de lado todo loreferido a movilidad y hospedaje que se vinculan en forma estrecha.
Por último, y tal vez más importante, está el justo reclamo de la comunidades que defiendo los derechos históricos que poseen sobre los distintos descubrimientos históricos por tradición, por herencia y porque no (aunque suene redundante) por historia.
En este momento viene a mi mente el recuerdo de un viaje que realice hace...