Comunicación

EL SANTO DERECHO DE MORIR “A GUSTO”

Parece que se hubiera dado su último “gran gusto”: elegir como morir.
Porque el peregrino decidió transitar sus alientos finales del modo más coherente consus convicciones: peregrinando la agonía en un sufrimiento carnal interminable.
Se fue de la Tierra un personaje influyente por excelencia, dejando una huella en los corazones universales por esederrotero que lo transformó en el Papa de todos, más allá de inclinaciones religiosas.
Ese joven de 58 años que llegaba al trono de Pedro llevaba en sus alforjas media centuria y pico defendiendo sudignidad moral desde la Polonia natal. El karma nazi potenciaba su esfuerzo que comenzaba el camino santo desde una despiadada orfandad precoz.
Y el Vaticano albergó desde aquel octubre de 1978 a un exdeportista, picapedrero y actor de teatro que desandó su pontificado en un escenario de telón levantado para llevar la voz de los más pobres a los rincones más lejanos del planeta.
La década del ‘80reflejo su lucha permanente por combatir el ateísmo comunista, dejando de lado prejuicios como cuando transitó estadios enteros en Polonia mostrando la camiseta con la leyenda Solidaridad.
La del ’90lo cobijó criticando al despiadado capitalismo, sin miramientos, como en aquel viaje a Estados Unidos cuando apuntó de comienzo a final a un sistema que excluía aún más a los ya siempre excluidos.Acostumbrado a que se arrodillen frente a él, no tuvo empacho en “arrodillar” a su Iglesia por los errores cometidos.
Pidió perdón a la ciencia, revocando la excomunión de aquel osado Galileo Galilei.Pidió perdón a los judíos, por aquella silente indolencia frente al espanto del Holocausto.
Escribió 14 encíclicas, visitó 130 países, triplicó con viajes la distancia entre la Tierra y la luna,unificó razas y distancia ideológicas y apretó en abrazos iguales a ricos y pobres, a primer o quintomundistas.
Demolió a sus colaboradores con sus periplos fatigantes hasta límites inimaginables,...