Crimenes de la rue morgue
La verdad se encuentra en las alturas y no en los valles profundos. Hay formas de análisis más sutiles que las que efectúa un ajedrecista, y formas de mirar lasestrellas más claramente que mirándolas de frente. Por no usar estos análisis sutiles y miradas nítidas, la policía de París estaba desconcertada ante la muerte atroz de una anciana y su hija. La primera,apareció tirada en la parte baja de la casa con tan brutal tajo en la garganta, que cuando fueron a recogerla, la cabeza se desprendió, además de que tenía el cuerpo completamente destrozado. El cadáverde la hija, había sido introducido por el hueco de la chimenea y además, tenía muestras de estrangulamiento, así como de severos destrozos en todo el cuerpo. La estancia era caótica: un gran mechónde cuero cabelludo por el piso, objetos tirados aquí y allá, incluyendo joyas y dinero. Puertas y ventanas estaban cerradas por dentro, y los testigos que acudieron al escuchar el griterío de losprimeros momentos, dijeron haber escuchado voces, aunque ninguno pudo entender lo que decían; unos afirmaban que parecían dichas en francés, otros en español, italiano y hasta en ruso. Por esa época vivíanen París el narrador de la historia, junto con su amigo Auguste Dupin, hombre de rara inteligencia, enseñado a sutiles análisis y miradas claras, que una de las muchas veces que asombró a su amigo elnarrador, fue por ejemplo, cuando caminando ambos en silencio por varios minutos, sumidos cada uno en sus pensamientos, interrumpió de pronto Dupin al narrador y le dijo exactamente en qué ibapensando. Con esta capacidad mental, Auguste Dupin se enfrentó a los misteriosos y terribles hechos. Leyó los informes de los periódicos y luego fue a examinar la casa de la tragedia, cuando aún la policíano había tocado nada. De regreso, se detuvo en un periódico y pagó un aviso. Entonces reveló a su amigo el misterio: por la parte posterior de la casa de las víctimas, colgaba un cable de pararrayos...
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