Crisis etica del abogado
Como bien manifiesta Fernando de la Rúa: “El abogado debe estar en condiciones de ilustrar al juez y hacer valer correctamente laspretensiones (o defensas) que le son confiadas. La sabiduría no se confunde con la verborragia fácil y superficial, o los excesos discursivos. El estudio, la ilustración, el sentido del deber, la vocación, y esa capacidad para sentir la angustia de la lucha por la buena causa, son virtudes esenciales del abogado. La superficialidad, la ligereza y la ignorancia de los presiónales sin responsabilidad, son tannocivos a la justicia y a la sociedad como un mal médico lo es a la salud del cuerpo” (2 ).
“¡Cuántas confidencias hay que escuchar –exclama Maurice Garcón (3 )–, a cuántos hay que consolar, cuántas tristezas e inquietudes hay que clamar!. Pero entre tantos dramas humanos e íntimos, el abogado se halla investido de una misión magnífica: desempeña una profesión donde quien la ejerce está avocado asu magnánima labor, rodeado de solicitudes, de tentaciones y de peligros”. Sin embargo, -es preciso decirlo- hay abogados “… que no cumplen la misión fundamental de la profesión y cuya persecución de la fama y las ventajas económicas suele ser más vigorosa que su afán de lucha por la Justicia” (4 )
El abogado que hipoteque sus decisiones a cualquier cosa que no sea el arbitrio de su concienciaética, nunca pasará de ser un rábula: jamás será abogado. El hecho de ser abogado dignifica ser un hombre con una moral intachable; ser abogado entraña la responsabilidad social de colaborar en la búsqueda de la justicia. Como dice el profesor Cuadros Villena, la lucha por la justicia “… es condición inherente a la abogacía, el aire que cotidianamente renueva su vida. Y es por eso que la abogacía esmenester de beligerancia constante en el que la lucha no sólo ha de hacer vencer la tesis del caso particular, sino sobre todo la pequeña, pero inmanente porción de justicia, que cada caso contiene” (5 ).
Rol de la abogacía
Como promotor permanente de la justicia, como consejero y defensor de sus clientes, como intérprete científico del derecho, el abogado “no agota su misión en el bufete ni enel foro. Por eso es responsable, genéricamente y profesionalmente, ante ella no menos que ante los clientes, los tribunales o el derecho” (6 ).
En efecto, si bien es cierto que la abogacía se ejerce principalmente ante los juzgados y tribunales, es igualmente cierto que la profesión tiene como fundamento esencial tratar de terminar los conflictos. Sin embargo, “… en siglos de ejercicioprofesional ha decantado el criterio de que el abogado debe propiciar el conflicto en lugar de evitarlo. Lo propicia porque es un medio de vida; porque vive del conflicto y muchas veces lo dilata deliberadamente para mantener los ingresos que proporciona” (7 ). Bajo esta concepción chata y equivocada, los abogados litigantes convierten el proceso en fuente de sustento, que toma los caracteres de cualquierobjeto comercializable; así, los intereses en conflicto son mirados en función de la cantidad de dinero que reportan.
La moral y la ética profesional
Para calibrar con eficacia la pretendida moralización del ejercicio profesional de la abogacía, es preciso que entendamos que la moral del abogado integra la moral general; es decir, la moral individual del abogado deviene de la moral general de...
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