Cuaderno de talamanca
DE TALAMANCA
Ibiza
(31 de julio – 25 de agosto de 1966)
E. M. Cioran
Texto seleccionado y presentado por
Verena von der Hieden-Rynsch
Traducción y prólogo de
Manuel Arranz
PRE-TEXTOS
La reproducción total o parcial de este libro, no autorizada por los editores viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.
Primera edición:septiembre de 2002
Diseño cubierta: Pre-textos (S. G. E.)
Título de la edición en lengua francesa:
Cahier de Talamanca
© traducción y prólogo: Manuel Arranz
© Selección del texto y prefacio:
Verena von der Hieden-Rynsch
© Editions Gallimard, 2000
© de la presente edición:
PRE-TEXTOS, 2002
Luis Santángel, 10
46005 Valencia
IMPRESO EN ESPAÑA / PRINTED IN SPAIN
ISBN: 84-8191-486-XDEPÓSITO LEGAL: V-3053-2002
GUADA IMPRESIONES – TEL 961 519 060 – MONTCABRER 26 – 46960 ALDAIA (VALENCIA)
PRÓLOGO
CIORAN Y LA ESPAÑA DEL DESENGAÑO
“No seas y podrás más que todo lo que es”
Fray Juan de los Ángeles
Diálogos de la conquista del reino de Dios.
“El hombre es tanto más hombre, esto es, tanto más divino, cuanto más capacidadpara el sufrimiento, o mejor dicho, para la congoja, tiene”
Miguel de Unamuno
Del sentimiento trágico de la vida
Cioran amaba España. Cualquier lector asiduo de sus obras sabe esto; incluso en aquéllas en que no habla para nada de España o de temas españoles, el misticismo, la beatería, ladecadencia, el honor, la melancolía, su amor por España es siempre patente, siempre manifiesto. Cioran tenía un carácter español, un temperamento español. Amaba España como los viajeros ingleses del siglo XIX, o como los noventayochistas también la amaban, es decir, apasionadamente, irracionalmente. La amaban por sus vicios, por sus defectos, tan puros los unos como los otros, por su orgullo, por su fe,porque su decadencia no recordaba su esplendor sino que era ella misma una esplendorosa decadencia. “Nada de lo español me es ajeno” dejó dicho, y no sería difícil reunir una nutrida antología con sus citas sobre España y lo español. Savater, a quien le cabe el mérito de haber sido el primero en introducir a Cioran en España, allá por los años setenta, escribió en una ocasión: “De todos los paísesde Europa, el predilecto de Cioran, su obsesión, su límite y su infierno, es España. Leyéndole, se hace necesario que tal cosa como España exista. En mística y en blasfemias, en fanatismo, en sangre, ímpetu y desesperanza, en azar y fatalismo, tenemos las raíces más largas y más hondas: hemos llevado a su límite la experiencia de vivir, hemos transgredido los límites... Nuestro castigo esaleccionador”. No es la España de hoy, naturalmente, la que amaba Cioran. En la época en que él se enamoraba de España, los españoles habían sufrido una decepción, un desengaño (¡qué temas tan españoles!, como lo sublime y el ridículo, los dos extremos de lo español según Cioran; y no hay que olvidar que el español sólo reside en los extremos). España había perdido su encanto para ellos, y los temas quecitábamos antes, el misticismo, la beatería, la decadencia, el honor, o no les decían nada o les recordaban algo que preferían olvidar. Pero la memoria, como decía Unamuno, no es precisamente consoladora, no es una facultad que se ejerza a voluntad o conveniencia. Hoy tal vez ya no podría escribir la frase: “Todos los españoles que he conocido estaban un poco locos, pero su locura era real, no erafingida ni literaria”.
El caso de Cioran es un caso único de individualismo en filosofía, bastante español, por cierto. Cioran no construye ningún sistema filosófico, ni tampoco lo deconstruye. Un filósofo así es un filósofo sin discípulos ni maestros. Él mismo es a un tiempo discípulo y maestro de sí mismo. Y con razón Cioran temía más a los discípulos, a los seguidores, que a los...
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