Cuando Somos Sectarios («Ni» I)

Cuando somos sectarios («Ni» I)
14.2.90
En materia de vicios, los izquierdistas uruguayos los hemos importado casi todos. No tenemos ni tan siquiera las características de Fructuoso Rivera, de quien alguien dijo: «tiene todos los vicios del criollo y ninguna de sus virtudes». A los derechistas les cabe la misma.
Del exterior nos han venido y nosotros hemos cultivado con devoción, cierta ideade «Partido» que, entre otras cosas, absolutiza la política. Se basa en un concepto arcaico, ascético, monacal, eclesiástico, de la militancia. Propio más bien de esa excelentísima organización de la Iglesia al romper con la sociedad esclavista y pasar –floreciendo como tal- al medioevo se trata de una caída del idealismo filosófico. Recurrencia propia de la humanidad. Lleva a la organización desectas, élites, cofradías, etc., demarcado tinte religioso aun cuando prediquen el más militante y metafísico ateísmo.
Cuando ello se transforma en una convicción ideología deviene lisa y llanamente en religión (confesión, ratificación, profesión de fe). La más conspicua característica de una vida monacal estriba en los votos de obediencia, castidad y pobreza rematados por su corolario forzoso: elcelibato. El súmmum de cualquier vida monástica es la reclusión total: los monasterios de clausura (aquellas monjas de las que Bacon decía eran santas y estériles) y su actitud «militante» esencial y suprema la contemplación, o sea, la militancia puramente «interna» y de elaboración (algunas elaboran teología otras bizcochitos pero todas las veinticuatro horas del día durante una vida). En laizquierda hay conventos así.
La misma burguesía -en su hora de clase revolucionaria- barrió con esto. Ni qué hablar el proletariado, clase productora por excelencia, liberadora por ubicación en la economía, gran amiga del buen vino, las lindas mujeres, los lindos hombres, los bastantes niños... La austeridad, las comidas frugales, los regímenes alimenticios -como ya lo demostró
Erich Fromm- sonideas propias de autoritarios y burgueses (para uso de los obreros) como Payssé Reyes, que predicaba recetas de cocina basadas en el fideo con pesto por CX 8.
El proletariado ha sido, junto con el campesinado, el inventor de los mejores vinos, quesos, ropas, vehículos, casas, etcétera, y lucha por su liberación y la de toda la humanidad (incluidos los burgueses) para que todos puedan, trabajando lomenos posible, pasar lo mejor posible. Eso es en esencia el socialismo y ni qué hablar el comunismo...
Sólo los burgueses dicen que es puro sacrificio... Y demasiados «izquierdistas» tienen de la Revolución como idea la de mucha sangre, dolor y sacrificio. El colmo de esto fue un «Manual contra Torturas» que leí hace poco, en el que se proponían ejercicios para resistirlas, o, dicho de otro modo,irse torturando desde ahora, por la libre, para agarrar entrenamiento... Ello forma parte de ese tan español sentimiento trágico de la vida que cree firmemente en la existencia de un más allá (llámese Cielo, Paraíso o Sociedad Socialista a lograrse luego del Tercer Plan Quinquenal gracias al sacrificio atroz de tres o cuatro generaciones de «revolucionarios»).
Todo lo que se logra con esto esdarle la razón a los reformistas de cualquier Iaya cuando dicen, por ejemplo, que el marxismo-Ieninismo es el camino más largo hacia el capitalismo. No es para menos. En lo personal, no tengo claro todavía -prometo estudiarlo- si todo esto fue un error de Lenin o de sus pésimos exégetas. La duda estriba en las formidables críticas que le hizo Rosa Luxemburgo anunciándole lo que iba a pasar... y pasó.Sé que poner a Lenin en el campo de la duda me coloca en el terreno de los herejes y por lo tanto arriesgo la pira por tan condenable capitulación, pero aunque no me agradan las quemaduras tengo el consuelo de saberme en la trinchera de Giordano Bruno. Hay además un cortoplacismo exultante en la concepción. Optimismo propio de todo fanatismo religioso: «El señor está por venir» o, en todo caso,...