Cuento Fantastico

La asunción.
Era un domingo en familia, como cualquier otro. Los niños jugaban en las hamacas mientras Alejandro, su padre, preparaba el asado para cuando lleguen los invitados. Su madre, se encargaba de los postres y el trabajo del perro era comer los restos de grasa que Alejandro tiraba al piso. A todo esto, estaba Martín, el mayor de los cuatro hijos, solo en su cuarto, sin nada que hacer,con la puerta cerrada y la llave en sus manos. Nada fuera de lo común. Ya hacían exactamente dos años desde que Martín dejo de relacionarse con su familia, amigos y desde que su sonrisa había desaparecido. Martín ya no era el mismo desde el día del accidente.
Lo llamaban a comer, y dijo que prefería tomar una siesta y bajar después. Escusa tras escusa, su madre ya no sabia que hacer pararecuperar el espíritu alegre del antiguo Martín. Extrañaba los momentos en los que se tiraba al piso de la risa, cuando se disfrazaba con Juancito, su hermano menor y luchaban con espadas de cartón. Extrañaba los momentos en los que le podía desear las buenas noches con un beso en la frente sin que se niegue o le grite.
Desde aquel trágico día en 2010, Martín mantuvo guardada una culpa interior inmensa.Su mejor y último amigo había fallecido por causa de un descuido de suyo. O eso es lo que el creía. Le había ofrecido un sándwich de maní sin saber de su grabe alergia a esta legumbre. Esto causó que su amigo termine en el hospital por una inflación de vías respiratorias, allí lo medicaron de mala manera y los médicos provocaron su muerte al darle el remedio equivocado. Martín nunca llegó aentender que él no fue realmente quien mató a Jaime, siempre supuso que la historia de los médicos era para intentar sacarle el dolor y la culpa. Y si fuera así, el no lograría entender que las cosas son así, y que por alguna inexplicable razón, ya era hora de que su amigo subiera al cielo, o a ese mundo que ni Martín ni nadie, podría imaginárselo.
Ahí estaba, acostado en su cama, mojando su almohadacon las lágrimas que caían de sus ojos mientras hacía memoria a aquellos domingos que pasaba con Jaime, después de una dura mañana de futbol, en el club de la esquina. Por supuesto, el futbol en los domingos dejó de ser costumbre para Martín, después del accidente. Aunque una vez, su madre lo convenció de volver a intentarlo. Pero cuando empezó el partido, no soportó la soledad y decidió no volverjamás.
Se acercaban las 4, hora en la que tenía que ir a la iglesia, a una misa en su memoria, por el aniversario de 2 años, a este día. Martín no tenía ganas de ir. No después del dolor que sintió el año pasado, en la misma misa, por la misma ocasión.
Incontables las cosas que Martín pensaba al estar en su cama, con la cabeza baja, escuchándose llorar. Pasaron tan solo 20 minutos, y Martín sequedo dormido. A beneficio suyo, él era de esas personas que no sueñan ni tienen pesadillas al dormir, o quizá si las tenía y al despertarse, los recuerdos de estas se desvanecían. Pero esa tarde, no fue así.
Tuvo un sueño. Éste, estaba situado en un espacio infinito, más allá de la tierra y el espacio. Sin piso, paredes ni techo. Solo un fondo color blanco, más blanco que el blanco, másbrillante que el sol. Martín llega a este lugar, muy confundido y mareado. Cuando logra acumular un poco de conciencia, empieza a caminar, caminaba kilómetros y kilómetros pero no sentía el cansancio; tampoco transpiraba, ni le dolían los pies, y no se le pasaba lento el tiempo, sino, que allí ni siquiera existía la noción del tiempo pasando. A medida que Martín caminaba, su cuerpo se iba transformando.La cicatriz que tenia en la ceja, debido a un corte que se hizo a los cinco años desaparecía, aquella yaga en la boca que le incomodaba tanto, se fue; el flequillo largo que le tapaba la vista, se acortó, y así, todo su cuerpo se fue perfeccionando y Martín de a poco iba sintiendo una profunda sensación de felicidad, paz, y comodidad.
De repente, vio una luz color oro, y sin intención, comenzó a...