Cuento Objeto Perdido Clase 1 Para Entregar
No me asusté, porque no comprendíhasta después de un rato lo que estaba pasando. El viejo tirado en la calle boca abajo; una pierna flexionada, los zapatos marrones prolijamente lustrados. Me puse a pensar que los habría lustrado esamañana.
De golpe el estómago se me contrajo, producto del grito de la hija cuando lo vio. El sonido seco del cuerpo contra el asfalto la habrá hecho asomarse.
Me cagué mucho en el Gordo Cameroni, elnieto. Que amparándose en sus doce años, cuatro más que yo que era el más chico del barrio; y en que él era el dueño de la pelota, no me dejaba ir a la cancha. Esa era la única razón por la cual yo lohabía visto al viejo morirse sin poner las manos.
-Los que toman la teta de la mamá, no juegan a la pelota con nosotros – me había dicho.
Mi cara de odio lo había hecho reír y a mi calentarme más.No quise pelearlo. La última vez después de la pelea me habían fajado de nuevo en casa por la ropa, y eso, me había dolido más que las cachetadas imprecisas y mantecosas del Gordo. Lo puteé por lobajo, largo y sentido.
Él vivía casi en la esquina, en diagonal a la carnicería El contrapunto, y yo a media cuadra de la otra esquina, sobre la mano de enfrente. Allí estaba la panadería de Iglesias,un hijo de mil putas que me decía, cada vez que mi vieja me mandaba solo con la bolsa, que se había comido a la cacerola el conejo que me habían regalado y se reía fuerte, con cachetes rojos y lisospor la presión arterial.
La historia oficial, era que se había perdido. La realidad fue que murió aplastado una noche mientras guardaban la camioneta.
De a poco pero con alarmismo exagerado,...
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