de regreso a casa



DE REGRESO A CASA

Dos soldados regresaban a su casa después de varios años de ausencia. Como iban a pie y el viaje era muy largo, pasaban el tiempo platicando y haciendo planes.

--Oye,Canuto--dijo uno de los soldados--, tengo una idea. ¿Qué te parece si nos hacemos negociantes? Así no regresaríamos a nuestras casas con las manos vacías.

--No es mala idea, Torcuato—respondió elotro--, pero apenas tenemos dinero. ¿Qué clase de negocio podemos hacer?

--Mira, pensé que con el poco dinero que tenemos podemos comprar una canasta de naranjas. Luego, en el camino, podríamos vendercada naranja por una moneda y así tendremos un puñado de dinero.

Como a Canuto le pareció buena la idea, vaciaron sus bolsillos y compraron una canasta de naranjas en el primer pueblo por el quepasaron. Para ellos gastaron todo lo que llevaban, excepto una moneda.

Una vez comprada la canasta, reemprendieron el viaje. Y decidieron que irían turnándose para cargar la canasta. Cuando yallevaban un par de horas caminando, Torcuato se parto y dijo:

--Oye, Canuto, tengo mucha sed. ¿Por qué no me vendes una naranja? Tengo una moneda, la que nos sobro: yo te la doy y tú me das unanaranja. Al fin y al cabo, ¿Qué más te da vendérmela a mi o a un extraño?

A Canuto le pareció bien y entrego una naranja a Torcuato a cambio de la moneda.

Después de un rato, Canuto se detuvo y dijo:--La verdad; Torcuato es que yo también tengo sed. Así que te daré una moneda y ahora me vendes tú a mi otra naranja.

Torcuato, encantado, le entrego la naranja a Canuto y recupero la moneda.Continuaron los dos soldados su viaje y, como el día era caluroso, fueron comprándose las naranjas uno al otro hasta dejar la canasta vacía. Mientras, la moneda pasaba de mano en mano.

Al cabode algunas horas, Canuto se paro y dijo pensativo.
--Oye, Torcuato. ¿Sabes que nos quedamos sin nada para vender? ¡No queda ni una naranja!

--¡Claro!—respondió Torcuato--. ¡Ya las vendimos...