Del bicentenario y otros demonios

 DEL BICENTENARIO Y OTROS DEMONIOS

Por estas fechas, en todo el territorio latinoamericano escuchamos con frecuencia comentarios acerca de la celebración, con bombos y platillos, del bicentenario de la independencia del opresor europeo.
Hace unos días, mientras me encontraba cavilando acerca de nuestra ilusoria “independencia”, tuve la fortuna derecibir a través de esta maravilla del Internet, el poema que el compositor quindiano Ancízar Castrillón escribió a raíz de esta hilarante fiesta.
Parafraseando a Castrillón, yo me pregunto: ¿De qué bicentenario me están hablando? Si lo único que cambió fue el látigo, cambiamos la bandera rojiamarilla por la de las estrellitas. Ya casi (por aquello de las empresas públicas) no nos saquean los dela barba negra sino los de áureos cabellos, aprovechando la endémica codicia que ha caracterizado a nuestros mestizos dirigentes y ese maldito complejo de pobres que tenemos los tercermundistas, por lo menos los de este lado del globo.
Tal parece que la mayoría olvidó el profundo significado de la palabra INDEPENDENCIA. A mí no me sorprende, ya que uno de los propósitos de los dueños del mundoes que estemos distraídos celebrando y así no hurguemos en los recovecos de la historia, porque cuando la gente empieza a pensar, también empieza a cuestionar, y eso es peligroso para el Establecimiento.
Y lo peor de todo no es que el codicioso invasor haya venido a esquilmar las riquezas de estos rumbos sino que en su soberbia haya pasado por encima de toda la herencia científica y cultural quelos pueblos del nuevo mundo atesoraban, fruto de su armónica convivencia con la naturaleza.
Los invasores, (aunque hay algunos países tercermundistas que se creen de mejor familia), no contentos con arrasar todo lo valioso de esta rica región, ahora nos obligan a sacar visa para poder entrar a cualquiera de sus países “desarrollados”, previa demostración que no nos vamos a quedar allá, no seaque se nos ocurra recuperar lo robado. Por esta razón, en aras de rescatar un poco de dignidad, he decidido no ir a ningún país donde exijan visa para entrar.
Los otros demonios los encontramos, entre muchos otros campos (el agro no es la excepción, con los transgénicos y agroquímicos devastadores), en la medicina, donde mansamente copiamos y difundimos todas las falacias que desde las academiasservidoras de las potencias se nos dicta.
Un claro ejemplo de ello es la fantástica y lucrativa historia del AH1N1, que en menos de una semana sacó de la quiebra a algunos emblemáticos laboratorios, contando con la complicidad de los medios masivos de comunicación, lo cual tampoco me sorprende, ya que laboratorios y medios pertenecen al mismo dueño.
Pero más siniestra aún, me parece la historiadel tristemente célebre VIH. Y nótese que no estoy diciendo VIH/SIDA, ya que el SIDA, a diferencia del VIH, sí existe, y no desde hace pocos años, sino que es tan antiguo como la humanidad misma.
Menos mal que ni siquiera la abrumadora publicidad acerca del tema ha podido acallar las voces de respetables científicos disidentes como los premios Nóbel Kary Mullis y Walter Gilbert, científicos detalla mundial como Stefan Lanka, Peter Duesberg, médicos como el chileno Gonzalo Larrain, la australiana Eleni Papadopoulos, el colombiano Roberto Giraldo, personal de otros campos como la escritora Christine Maggiore, Mark Pierpoint, Thabo Mbeki, Jesús García Blanca, Lluis Botinas, Rebecca Culshaw, Gerardo Sánchez, Neville Hodgkinson, Janine Roberts, y la lista es interminable.
Recomiendo a losdefensores de oficio del fraude científico del VIH que se tomen la molestia de investigar los nombres que he citado. Seguro que aumenta la lista.
Claro que hoy en día, con esa desfachatez con que se prescriben antibióticos, antialérgicos, antihistamínicos, corticoides y toda una serie de fármacos supresores del sistema inmunitario, con el beneplácito de la corrupta y codiciosa industria...