Delirios de un adiós (el general en su laberinto/ Gabriel García Márquez)

DELIRIOS DE UN ADIÓS
García Márquez, Gabriel.El general en su laberinto;Colombia.1989
Bogotá: Editorial Oveja Negra Ltda.

Con el anhelo de escribir sobre uno de los lugares tantas veces transitados desde su niñez, Gabriel García Márquez estaba más interesado en el río Magdalena, que en las glorias del personaje principal no sólo de su obra sino también de la emancipación de nuestrapatria. Finalmente bajo el visto bueno de su amigo Álvaro Mutis, y después de dos largos años sumergido en las arenas movedizas de una documentación torrencial sobre el libertador, traza minúsculos detalles sobre las penurias y agonías que en sus últimos días Simón Bolívar junto a sus más allegados padece.
El General en su laberinto nos cuenta como fueron los últimos viajes de nuestro libertadorSimón Bolívar, ya viejo y cansado, devastado por la ingratitud de la gloria y una enfermedad inclemente y despiadada que lo mantiene muerto en vida y delirante, delirios que muchas veces le permiten escapar de la realidad tortuosa de su patria que lejos de estar unificada, libre y en paz, gracias a los malos manejos de los mandatarios que le sucedieron, se hundía en una inestabilidad y un deterioroinminente.
El General era un hombre terco, a pesar de la insistencia de José Palacios, su servidor más antiguo y a su crítico estado de salud, nunca aceptó la ayuda de medicamentos, curanderos o brebajes; le bastaba con consumir su habitual pocillo con la infusión de amapolas con goma. incluso muchas veces prescindía de los nutrientes de la comida y pasaba días enteros en ayuno.
Parece increíbleque sea éste el mismo general que gozó de privilegios encumbrados y dignos de un presidente que estaba al tanto de los problemas de sus súbditos, y que prestaba oídos a sus clamores, en efecto, ya no era el mismo personaje valiente que había hecho todas sus guerras en la línea de peligro sin sufrir ningún rasguño, ahora parecía un ser devastado e incrédulo con una visión casi fatalista de símismo y del porvenir. Padeciendo los estragos de una vejez prematura y presa del ambiente traidor e ingrato que se respiraba en aquel entonces, lo único que el general tenía seguro era su muerte, que siempre la consideró como “un riesgo profesional sin remedio”.
Presentar su renuncia y anunciar que dejaría el país, lejos de mejorar su situación, generó una suerte de acontecimientos revoltosos yhabladurías, pues no era la primera vez que lo hacía. De hecho “sus renuncias recurrentes estaban incorporadas al cancionero popular, inclusive había llegado hasta el extremo de desmantelar una casa entera para fingir que se iba; lo cual era una maniobra política certera”.
También las noticias de que estaba a punto de morir surcaban frecuentemente aquellas tierras. En una de las revueltas, antes deque el coronel dejara la Nueva Granada, la turba, además de acribillar en la plaza a un General de aserrín, posteó en la pared del palacio arzobispal la frase “Ni se va ni se ni se muere”. Reprochando así el descaro de las supuestas estrategias gubernamentales.
Parte de La Nueva Granada el primero de Marzo, dándole paso a una travesía que consumiría poco a poco su último aliento, en la que seharía obvia la gravedad de sus achaques y saldrían a flote sus más íntimos pensamientos y recuerdos aventureros, amorosos y virtuosos del pasado, que al parecer emanaba del mas desesperante y vicioso insomnio.
Fue todo un Don Juan en sus días de gloria, contaba con un repertorio de amoríos casi interminable, de los cuales se destaca una mujer arriesgada y audaz que lo siguió hasta alcanzarlo entresus viajes eternos; Manuelita Sáenz llegó a amar tanto al general que estaba dispuesta a dejar los privilegios que gozaba junto a su legítimo esposo e irse con él.
Bolívar deja el poder desconcertado, agobiado, melancólico, triste y angustiado por la derrota que sufre ante un cuerpo que no puede más, un cuerpo que sobrevivió a guerras y atentados y ahora renuncia con estrépito a toda...