Desencuentros

DESENCUENTRO (Electra)
Cuando decidió hacerlo nadie estaba de acuerdo con él. Pero obvió los comentarios. Miró, fijamente y sin palabras, con esa mirada azul plácido que lo distinguía.
Salió a lamañana siguiente cuando todos dormían. Llevaba poco equipaje, apenas una muda de ropas viejas. No necesitaría más.
Los recuerdos asomaron a su piel, a sus manos, a su corazón herido que a pesar delpaso del tiempo no pudo curar las heridas. Cómo olvidarla, cómo evitar sentir en la brisa del camino, su perfume fragante, penetrante, apasionado como ella. Lamentó no haber podido retenerla, no serúnico e irrepetible.
Anduvo sin prisa, pasos largos pero pausados, hacia la desolada estación de trenes. Allí esperó pacientemente, tenía todo el tiempo del mundo, la vida comenzaba más allá, en elfuturo.
En el andén, la gente iba y venía, se sentía solo entre tantos seres desconocidos e impasibles. Subió al tren, buscó un cómodo asiento, observó por la ventanilla la ciudad que quedaba atrás. Sedespidió mentalmente de sus queridos amigos, los que no quisieron despedirse y los que no entendían su desacostumbrada elección: Ir a un arriesgado lugar desconocido, en busca de alguien que quizás nilo tuviera presente, que quizás ya no fuera lo que él añoraba.
El paisaje pasaba por sus ojos en cálidos colores al principio, pero la calidez se fue perdiendo para dar paso a la oscuridad, lasimágenes se volvían fantasmas tenebrosos, el aire enrarecido. Silencio sombrío.
El gris pobló firmemente cada rincón que aparecía a su vista. La piel se le erizó. Otra vez, las voces de sus amigos sonaronen sus oídos: “No vayas, es peligroso, no sabes con qué te encontrarás”. Movió la cabeza con la intención de disipar los pensamientos pero no pudo. El gris dio paso al negro. La oscuridad fue total.El miedo estaba presente pero nada podía detenerlo.
Sin quererlo escuchó comentarios cercanos, “no se duerman”, “dicen que aquí nadie se duerme nunca”, “cuidado con los habitantes de la próxima...