Desigualdad en america latina

Pobreza y desigualdad en América Latina:
Algunas reflexiones políticas

La situación social de América Latina es un escándalo. En 1990, el 46% de los latinoamericanos vivía en la pobreza y cerca de la mitad de ellos eran indigentes carentes de recursos para satisfacer fundamentales necesidades. La cantidad de pobres es hoy mayor que a comienzos de la década del 70: en 1990 era de 195millones, 76 millones más que en 1970. Esta cifra apabullante incluye 93 millones de indigentes, 28 millones más que en 1970. Pero el problema no radica meramente en la pobreza: no es menos importante el agudo aumento de la desigualdad que ocurrió en la región durante las décadas del setenta y el ochenta. El rápido crecimiento económico de algunos países a fines de la década del ochenta y principios de ladel noventa no logró revertir esta tendencia. Los ricos son más ricos, la cantidad de pobres e indigentes ha aumentado y, como veremos, los sectores medios se han dividido: por un lado están los que consiguieron navegar exitosamente las crisis económicas y los planes de estabilización; por el otro, los que cayeron en la pobreza o están cerca de atravesar la línea que los separa de ésta.Alrededor de 1970 algunos países como Argentina y Chile aumentaron agudamente su pobreza y su desigualdad, pese a que en los últimos tiempos tuvieron un rápido crecimiento económico. Costa Rica y, en menor grado el Uruguay mantuvieron su situación previa a aquellos años; sólo Colombia mejoró. Si contemplamos el panorama desde otro ángulo, los indicadores de alfabetización, mortalidad infantil y esperanzade vida mejoraron, pero incluso en los países que ya en la década del sesenta contaban con los rudimentos de un Estado de Bienestar, (Argentina, Brasil, Chile) tanto el acceso de los pobres a los servicios sociales como la calidad de éstos empeoraron. Incluyo en esos servicios la salud, la vivienda y el valor real de las jubilaciones y pensiones. De los países pioneros en materia de Estado deBienestar, únicamente el Uruguay escapó a esta generalizada decadencia. Además, en el conjunto de América latina el sector informal aumentó de 25,6% de la fuerza laboral no agropecuaria en 1980, a 31,9% en la década del noventa, a la vez que el ingreso familiar y per cápita en el sector informal disminuyó y su desigualdad interna aumentó.
II
Pobreza generalizada y profunda desigualdad social soncaracterísticas de América latina que se remontan al período colonial. En algunos países, no hubo un giro tan desfavorable con relación a estos problemas; pero ya vimos que incluso en estos países los datos sobre la pobreza y la desigualdad empeoraron. Estas posiciones naturalizan la pobreza y la desigualdad: aunque los argumentos no son los mismos que los empleados hace siglos, ellos siguenconsiderando la pobreza y la desigualdad el resultado inevitable de un orden natural de las cosas. Para este punto de vista, por más que uno pueda lamentar algunas de las consecuencias de ese orden, sería inútil, por no decir insensato, tratar de modificarlo.

Si no compartimos las posiciones esbozadas antes debemos, nos guste o no, reconocer algunos hechos:
1) Las necesidades provocadas por lapobreza son tantas y tan vitales que algunos individuos altruistas se sienten moral y profesionalmente impulsados a aliviarlas. Pero estos empeños y los conocimientos especializados que demandan, no deberían impedir captar el cuadro general en que se inscriben la pobreza y la desigualdad, y a partir de ello forjar alianzas basadas en coincidencias en torno de una visión desnaturalizada de esosmales. Por cierto, las medidas puntualmente correctivas son dignas de elogio, ya que pueden producir cambios importantes en la situación de los seres humanos concretamente involucrados en cada caso.
2) En algún punto intermedio entre las dos posiciones recién delineadas, tenemos las recomendaciones típicas de los informes de diversas comisiones y organizaciones internacionales, con las cuales...