Determinismo Y Libertad

Libertad
Hay inequívocamente crisis de la libertad y de la dignidad humana; estas no parecen tener sitio en la vida y en la cultura contemporáneas, tienden a desvanecerse en el ámbito de las preocupaciones actuales, señaladamente puestas en el orden de la necesidad y de las necesidades. A la muerte de “dios” ha sobrevivido la sospecha de que no hay nada tampoco en el hombre mismo que funde unacondición ética y una tendencia al valor. Sobrevive el estado de “todo está permitido”, “todo se vale por igual” y por lo tanto “nada vale en realidad”, no hay bueno ni malo. En este contexto es necesario el análisis de la relación ontológica y ética respecto a la libertad.
Eso que se llama libertad, no es más que la palabra que encubre una ignorancia: un mundo que desconocemos o que inclusonecesitamos o procuramos desconocer. El avance en el conocimiento de los órdenes causales trae consigo que, por así decirlo, se vayan abarcando espacios que antes eran misteriosos o que, precisamente se explicaban apelando a la libertad. Los determinismos van eliminando zonas que antes se creía reducto exclusivo de la autonomía moral.
Al no existir ningún horizonte trascendente se piensa, además, queno hay tampoco metas o ideales que motivan o muevan la fuerza de la superación humana. Decae el poder humano de cambio, tanto de transformación externa (histórica) como interna (ética). Predominan así la inercia, la inmovilidad y toda clase de escepticismos. Se produce un profundo debilitamiento de la condición cualitativa, individual, personal del ser humano. La unicidad queda absorbida dentrode los sistemas y estructuras sociales. La vida ética queda avasallada por la vida política, económica y social. No se distingue entre individualidad (la persona moral) y singularidad (el yo)
Estos desengaños muestran la visión negativa de la naturaleza del hombre. Se consolida la definición del hombre como “lobo del hombre”. Se niega todo movimiento de ascenso, de trascendencia de la propia vida,toda capacidad humana de introducir cambios reales en el ser y toda posibilidad de alcanzar una verdadera unión inter-humana, negándose toda posibilidad de lo ético. El hombre concebido como un ser esclavizado-esclavizante en donde no parece haber sitio para la ética y la libertad.
¿Se invalidan realmente la condición libre del hombre y su naturaleza moral con el auge de los determinismos y conla insuficiencia misma de las teorías absolutistas de la libertad? La determinación (necesidad) y la in-determinación (libertad) son datos de experiencia, por lo tanto son indisolubles en la existencia humana.
Por mucho que se avance la conciencia de las determinaciones, sigue siendo inexplicable la existencia humana sin eso que se designa, de un modo u otro como libertad. En este sentido, todoparece indicar que hay que dejar de pensar la libertad en abstracto (como algo absoluto, sin relación esencial con la determinación), del mismo modo que hay que dejar de pensar en determinismos abstractos, sin reconocer en el hombre su naturaleza in-determinada, posible y contingente. No se trata de una relación cuantitativa, en donde el aumento de un aspecto reduce al otro. Lo que debe invalidarsees la pretensión de absolutos.
Se hace necesaria una idea concreta de la libertad, sin dualismos ni monismos totalizaste; tarea primordial de la ética contemporánea es comprender la unidad-dualidad del hombre, de tal modo que se obtenga una comprensión unitaria y a la vez consciente de las contradicciones y conflictos inherentes a su ser. Una visión completamente sintética de la condiciónhumana, una visión que al tiempo que penetre en la condición histórica del hombre pueda re fundamentar la excelencia y la dignidad humanas.
La ontología y la dialéctica son caminos fecundos y promisorios para la filosofía del presente, pero entendidos no sólo como unidad indisoluble, sino en un sentido concreto y fenomenológico, no especulativo, que logre captar la integración efectiva de la libertad...