Dictadura y educacion

A modo de introducción, comienzo este informe con una frase de H. Eco, la cual resume diversas perspectivas sobre la lectura y los libros, y a la vez, me sirve de pie de apoyo para desarrollar mi inquietud: “Aun después de la invención de la imprenta, los libros nunca fueron el único medio de adquirir información. También había pinturas, imágenes populares impresas, enseñanzas orales, etcétera.El libro sólo demostró ser el instrumento más conveniente para transmitir información”.
H. Eco concluye que tanto los textos cerrados, por ende limitados (aunque sean libres de interpretación), como los textos abiertos e infinitos están hechos con la misma materia plástica: el alfabeto.
Aunque no menosprecia el valor del hipertexto sistémico, este autor rescata el valor de los libros que sonhechos para leer, y no tanto para consular. Lo que rescata de este tipo de texto es la “voluntad represiva del autor” que dice algo, que si bien se puede textualizar de diversas maneras o se le pueden atribuir distintas interpretaciones, no se puede modificar.

Esta idea de que existe una voz en el texto, que se puede interpretar de diversas formas pero que no se puede modificar, es la idea quequiero subrayar para dar comienzo al informe-análisis sobre la lectura en tiempos de opresión, más específicamente, el rol y la forma que asumió la lectura durante la última dictadura acaecida en Argentina en el año 1976.
La otra idea que quiero resaltar y que está expresada en la cita de H. Eco es la idea de que los libros nunca fueron el único medio de difusión de información. A partir de estas dosideas centrales intento argumentar y bosquejar la complejidad del fenómeno de la lectura en un contexto de creciente proliferación de medios de comunicación, como es el contexto en el que se inserta el particular momento histórico que he elegido para analizar. La década de los setenta se caracterizó, en argentina, por la aparición y el desarrollo de la televisión que se viene a sumar a la radio,al teatro, al cine y a la imprenta.

Parto del supuesto de que la lectura es interpretación del texto, como a su vez, interpretación del contexto. Y en esta experiencia (entendida como un acontecimiento exterior que se padece en mí y nos transforma a ambos) del lenguaje se constituyen las subjetividades.
Al partir de una concepción de realidad como realidad simbólica no puedo detenerme en ladescripción de libros de textos, sino que debo extender esa descripción a todos los discursos circulantes y tratar de dar cuenta cómo y en qué sentido estos discursos transformaron a los individuos, y cómo los discursos fueron transformados por éstos.

Para decirlo más claramente, mi inquietud se puede traducir en dos preguntas fundamentales: Qué forma adquirió la lectura (tanto escolar comocotidiana) en la década del ´70, y qué función cumplió dentro del universo simbólico.
Extiendo el momento de análisis hacia la década del setenta, y no sólo a los siete años de gobierno de facto, pues el aparato represivo había comenzado a operar con la nefasta organización denominada “Triple A” en Agosto del ´73, según cuenta en su libro el fundador Horacio Paino. Y además, el golpe guardócontinuidad con el “Operativo Independencia” que la presidente María Estela Martínez de Perón ordenó en 1975 en Tucumán.

Este informe se organiza, primeramente, en una contextualización del período a estudiar haciendo énfasis en la concepción de la educación circulante.
Luego, se pasa revista a las políticas educativas (que se expresaron en las escuelas y en el sistema de formación docente) yculturales (que se expresaron en los medios de comunicación y en el arte), para finalizar en un análisis crítico de esas políticas dando cuenta de la forma y función que adquirió la lectura en este período.

Para ilustrar la cuestión y orientar mi análisis, otra vez H. Eco me presta sus palabras incluyendo esta vez a la escuela como el ámbito y el lugar por excelencia, especial y esperado en el cual se...