Dios es una niña negra
Por : Mauricio Molano Camacho, consultor y empresario.
Hay una clara relación entre religión y poder. Se acusa a las grandes religiones de aliarse con los ricos ypoderosos y de formar parte de los aparatos del poder, mientras manifiestan su vocación de servicio a los necesitados. Retoma el Concilio Vaticano II la preocupación de la Iglesia por los pobres,expresada seriamente en la doctrina social, la cual es acentuada en algunos círculos por la teología de la liberación; su manifestación sobrepasa el esquema del rico individual y el pobre individualpara incluir la realidad global que se traduce en las diferencias entre países ricos y países pobres.
Los pobres no participan, no se unen, asumiendo su “servidumbre voluntaria”, mientras losricos, con mentalidad de corto plazo, no cumplen su responsabilidad social: el bien común. Es necesario y justo reconocer que una gran parte de la Iglesia Católica, incluyendo sectores amplios de susjerarquías, están realmente comprometidos con ese bien común pero no logran el compromiso auténtico de sus fieles.
Tiene la religión claras connotaciones culturales; las grandes religiones se basanen valores que, como la conocida “regla de oro”, sustentan las grandes culturas; hay relación dialéctica entre religión y cultura. La religión da forma, influye en el estilo de la cultura y launifica; la cultura, a su vez, adapta las manifestaciones religiosas y genera sincretismos. Una religión sin cultura es vacía, impotente, incapaz de transformar y obrar; una cultura sin religión es débil,carente de direccionamiento, voluntad, propósito y sentido.
En la concepción cristiana, el pobre es el verdadero poderoso; no es rico quien tiene mucho, sino quien da mucho. Cristo se refierefrecuentemente al poder del pobre y señala como bienaventurados a quienes son pobres, o a quienes siendo ricos o acomodados, tienen espíritu de pobres y siguen a ese Jesús humano que “se despojó de sí...
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