discurso 24 de marzo

24 de marzo: Día de la Memoria, Verdad y Justicia
Recordar el golpe militar del 24 de marzo de 1976 invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y, cuantos menos, sobre comopudimos permanecer sin reaccionar mientras se nos robaba el futuro de todo el país. Nos costó darnos cuenta de lo que sucedía, de cómo se precipitaban los hechos y, por supuesto, nos quedamos inertes,no para actuar con violencia, pero si con presencia.
Veníamos sufriendo episodios violentos que, en apariencia, no alteraba mayormente los ánimos, y creíamos, tal vez, que eran esporádicos y entregrupos sedientos de poder, sin ver cuán cerca estábamos del abismo.
Forman parte de nuestra idiosincrasia, como pueblo, ser bastante impacientes e intolerantes con quienes piensan diferente. Y, porsobre todo, con quienes no piensan como la mayoría. Respetar los tiempos de gobierno que sea siempre nos ha resultado difícil de aceptar. Pues pagamos un alto precio y como hubiesen dicho nuestrosabuelos- con sangre y fuego.
Casi una generación quedo sepultada y arrasada, con el consiguiente sentimiento de pérdida. Sentimiento irreparable que no se consigue alivianar, ni aun con el tiempo.Aprendimos de la manera más dura y más difícil que no se deben alterar los gobiernos democráticos, mucho menos infringiendo la ley. No importa el color político de quien gobierne y, aunque a veces lascircunstancias hacen difíciles las condiciones de gobernabilidad, la Constitución debe respetarse y, además, hay un Poder Legislativo que tiene las herramientas legales para actuar.
Nuestras accionestienen consecuencia y, como sociedad, también debemos asumir la responsabilidad de garantizar la democracia como bien supremo de la nación. Como pueblo que somos, nada ni nadie tienen el poder parasacarnos del camino si no queremos. Mucho menos de hacernos creer en las soluciones mágicas, rápidas y sin reflexión, sin pagar por ello un alto precio.
La magia es para los cuentos. Para que una...