Discurso sobre el discurso

Sobre el discurso
Si a alguien de la altura de Gabriel García Márquez, maestro del uso del lenguaje, premio Nobel de literatura, le aterroriza hablar en público; creo que nosotros, simplesmortales, tenemos derecho a sentir un miedito parecido. El problema con un discurso no es tanto con lo que se dice, más bien con cómo se dice, ya que las palabras en el habla no son más que la voz con la quese pronuncian.
Existen reglas sobre cómo dar un discurso, hechas por personas que aparentemente creen que hay una receta para el bien hablar. Definitivamente no. Sí, hay convenciones sobre lapostura, la fluidez, la elocuencia; pero todas ellas son superadas por la naturalidad con la que se debe hablar para mantener un discurso que sea unánimemente excelente. Si se pueden seguir las reglasmientras se habla, perfecto; si interfieren con la naturalidad, ahí pierden su utilidad.
Demos un ejemplo: es un hecho que hablar con las manos en los bolsillos es mal visto, pues refleja falta deseriedad. Ahora, ¿Qué pasa cuando la intención de quien habla no es reflejar seriedad, sino un breve momento de sarcasmo o de tranquilidad? Asumiendo que el público al que se habla se presta pare este tipo degestos, es natural que uno quiera ser lo más casual posible. Se haga lo que se haga, hay que ser dinámico: usar lenguaje diverso, tener movimientos y expresiones corporales (quizá como la que sedescribió antes), etc. Movimiento es lo que se quiere reflejar, no un monólogo interno que a nadie le interesa.
El miedo nos detiene, y si como García Márquez consideramos los discursos como “el másterrorífico de los compromisos humanos” (y eso es una cita), no hay forma en la que superemos la poca naturalidad que reflejaremos al hablar, si no es que somos muy buenos actores, o magos del lenguajecomo este hombre. La solución mas simple es recordar que los que están frente a nosotros también son humanos, también tienen miedos y, por criticones que puedan ser, de alguna forma nos comprenden....