Educación sentimental
Para explicar las claves pedagógicas en La educación sentimental Julián Marías
da como educadoras a la Literatura Universal y a la Filosofía, y nos conduce, a
través del tiempo, en los vaivenes del sentimiento humano.
El autor pugnará por vencer el primitivismo sentimiento que nos agobia, al entender la educación como cultivo e incremento de la espontaneidad y al situar
los sentimientos como elementos de la estructura personal del ser humano.
Su recorrido descriptivo comienza con la mitología griega como repertorio
sentimental; las relaciones personales entre dioses y hombres se constituyen en
surtidores de variadísima formas de sentimientos que son asimilados y
expresados posteriormente por la Literatura (La Ilíada y La Odisea) para luego
permear al mundo latino.
En contraste, aparece un cuadro de profundos matices emocionales en la
Sagrada Escritura, centrado en el amor como experiencia humana y divina.
Adentrándonos más en el tiempo, la Edad Media nos envuelve en delicadas
armonías del corazón con el Poema del Mío Cid y la lírica de Petrarca y Dante,
para luego arrojarnos al florecimiento sentimental del Renacimiento con
Shakespeare (Romeo y Julieta), Fernando de Rojas (La Celestina), los sonetos de
Garcilaso de la Vega, los Diálogos de Amor, de León el Hebreo y El Cortesano de
Baldasare Castiglione. En todas estas obras el amor aparece como una
experiencia irrenunciable irremediable y, sobre todo, concreta, personal. Quevedo, Góngora, Calderón y Cervantes hacen su aparición en el Siglo de Oro
Español cada uno con su propio repertorio sentimental. “Hay una tendencia al
esquematismo de las relaciones personales, sorprende la casi total ausencia de la
madre y la frecuencia del padre severo, respetable y adusto.
La educación Sentimental 1
Julián Marías
Con una breve disquisición sobre el mundo sentimental en América, Julián
Marías pasa a la consideración filosófica de las pasiones en el pensamiento
moderno.
Es imposible dar cuenta pormenorizada de este recorrido del autor por la escala
de la humanización a la sequedad racional del setecientos, seguido de la eclosión casi exhibicionista de la intimidad en el romanticismo con Espronceda y Zorrilla,
muy justamente son llamados a testimoniar así como aquel gran pedagogo del
amor que fue Stendhal, romántico con racionalidad dieciochesca.
El proceso enriquecedor continua con el gran siglo de la novela del siglo XIX y es
en esta página donde el tenaz lector, que es Marías muestra los pensamientos de
algunos de aquellos grandes narradores: Balzac, Dumas, Flaubert, Daudet, Dostoyevski, Tolstoi…, con muy especial y aguda atención a Valera, Galdós,
Clarín, profundos analistas de los sentimientos, cuyas posibilidades y matices
ensancharon y enseñaron.
La función del cine en el siglo XX “la gran potencia educadora de nuestro
tiempo”, cobra gran importancia. El autor, cuya competencia en tal arte es notoria, dedica páginas muy convincente a demostrarlo.
Para culminar, hace algunas reflexiones sobre la amistad y el amor en nuestro
tiempo, así como una exploración de la sentimentalidad contemporánea, en los
ámbitos de la relación con los niños, con los padres, con la patria, con el arte,
entre maestros y discípulos, entre los sexos. Como él nos dice, es uno de los núcleos en torno a los cuales se organiza la vida,
y precisamente, es en sus estratos más profundos, donde se encuentran las
raíces de casi todo lo demás.
La educación Sentimental 2
Julián Marías
A partir de la lectura de esta obra llegamos a entender la urgente necesidad de
poner todo nuestro empeño en la relación dialéctica entre saber, ...
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