El último de la caja

El último de la caja
Tuve que esperar a que ella se fuera para meterte en mi boca. Ay, no es culpa mía, es que nosotras las hijas tenemos tantos secretos que ocultarle anuestras madres que me da vergüenza revelarte todavía. Primero tendría que confesarle que me quiero ir del país, que quiero ser escritora y que quiero vivir sola. Ay, te imaginas la cara que pondrá cuandosepa que lo que deseo es escribir, después de que me pagó todos mis estudios para ser una cineasta; lo peor de todo, es que no me gusta escribir guiones de cine. Pues sí, terminé metiéndote en mi bocaaquella noche, para regarte por mi cuerpo como si nunca te hubiera probado. Te mordí en la punta como si no supiera manejarte, como si todavía fuera una niña que no sabe enviciarse. Yo quiero tenerplaceres, quiero hacer cosas peligrosas y hacerme desear por otros. Quiero aprender a sobarte entre mis dedos como si yo misma te hubiera creado y encenderte como si pudiera manipular el fuego.Qué detestable debe ser para ti que sólo te busque en los malos ratos. Que cuando estoy desesperada corro a devorarte en la soledad. Que nunca eres el mismo, pero te uso como sicualquiera de ustedes valiera por igual. Es que si supiera por qué haces que las personas se vean tan elegantes, si supiera por qué los hombres se ven tan sensuales contigo encima, y por qué los más grandespersonajes de la historia te llevan como si no pudieran vivir sin ti. Debe ser maravilloso sentirse tan necesitado por tanta gente brillante; yo nunca me he sentido así. Si aunque sea pudiera sentirmecomo tú un segundo de mi vida, creo que tampoco me importaría desvanecerme así de rápido. Al menos puedes decir que tuviste una vida plena sirviendo a los demás.
¿Sirviendo?¿Pero, de qué estoy hablando? No sé qué me pasa, no entiendo por qué te digo estas cosas, si por tu culpa mueren millones y millones de personas diariamente. Soy una estúpida al pensar que eres tan...