El alma de la toga

LIBERTAD DE DEFENSA.

La ley nos declara indispensables por lo tanto los abogados han decretado que pueden excusar su intervención en lo cuantesioso y administrativo, en los juicios deresponsabilidad de funcionarios públicos, en los tribunales industriales y en los diversos hechos en el articulo de 10 de la ley de Enjuiciamiento civil.
Ningún patrocinio debe ser legalmente impuesto por lasleyes a personas de plena capacidad. Solamente cuando la propia libertad puede influir sobre el bien de terceros o de la masa social, se interpone la autoridad del Estado alcanzando garantías técnicasque son de conocimiento en el abogado.
El particular debe ser libre para defenderse por sí mismo. Salvo en los casos en que esa libertad puede dañar al derecho de las otras partes o al interéspúblico.
Para el ciudadano es vejatorio y/o humillante que le obliguen a decir por boca ajena lo que podría expresar con la propia, el pedir justicia haya de confiarla precisamente a un técnico. Elpretorio debería tener sus puertas abiertas a todo el mundo, sin atender a otro ritualismo que al grito de quien solicita lo que ha de necesitar.
Con ello los abogados ganaríamos en prestigio sin perdersensiblemente en provecho. Lo primero, porque no es un cargo forzoso, sino rogado, esto acrecentaría nuestra autoridad. Lo segundo, porque serían pocos los casos en que se prescindiera de nuestratutela.
Pero se trata de una cuestión de principios, y aunque hubiera de desaparecer por inútil nuestra profesión, esto sería preferible a mantenerla cohibiendo a la sociedad entera y permitiendo que, envez de buscarnos, nos soporte.
Dada las circunstancias en que un litigante que informa en su propio nombre daña a nadie más que a si mismo. Desordenando el procedimiento con recursos improcedentes,proponiendo pruebas absurdas, etc., más que dañarse a si mismo perjudica a su contrincante y dificulta el trabajo de los tribunales. Por eso es imprescindible que deba valerse del letrado.
Baste en...