El circulo negro

Un buen día del 2001 aparecio en la oficina del escritor Antonio Velasco Piña, en una vieja casona cerca de la residencia oficial de Los Pinos, un sacerdote jesuita quien le dijo que acababa de administrar la extremauncion a un enfermo terminal, un politico muy importante de otros tiempos, y que el moribundo deseaba platicar con el.
El autor, tambien abogado, aunque ya no practica su profesión–se dedica sólo a escribir y dar conferencias–, acudia de inmediato a la mansion de Las Lomas y reconocio de inmediato al hombre, un personaje publico que habia sido senador, diputado y funcionario publico de alto nivel.
Desde su lecho de muerte y asistido por una enfermera, el anciano le revela toda una serie de secretos que posee y que queria hacerlo con una persona que sabia era totalmentecontraria al PRI. La historia suena a un buen thriller o a un betseller politico, pero Velasco Piña jura y perjura, en entrevista con Gentesur, que se trata de un hecho verdadero.
El entrevistado dice que en su primera entrevista con el anciano le pregunta por que no hacia sus revelaciones a una persona afÃn a su pensamiento.
”Porque hubiera perdido la autenticidad. Yo querÃa que los testimoniosfueran objeto de un análisis crÃtico y no de una visión complaciente. Yo no querÃa hacer una novela histórica”, le respondió.
La única condición que le puso para poder publicar la historia es que no revelara su nombre, algo que Velasco Piña consideró absurdo, porque podrÃa restarle valor a su testimonio.
Sin embargo, el polÃtico lo convenció con el argumento de que hay a lo largo dela historia muchos testimonios muy importantes, que valen más por sà mismos que por quién los da.
“Me hizo una serie de revelaciones, algunas de las cuales eran del conocimiento público, pero no con la crudeza con la que se hizo”, cuenta Velasco Piña, que dice ser discÃpulo de Ayocuán, un estudioso del misticismo tibetano que escribió un libro llamado La mujer dormida debe dar a luz, dondese refiere a México como el centro del inminente renacimiento .
La primera de esas confidencias fue que el gobierno del PRI es monárquico y no republicano, donde no habÃa división de poderes ni autonomÃa de los estados y tampoco libertad de prensa. “Esto es algo que ya se sabÃa, pero no tan perfectamente estructurado como de hecho funcionaba”.
Esto –apunta– plantea la incógnita quesiempre tuvieron los mexicanos: ¿por qué si el presidente en la era del PRI era un monarca absoluto, no pudo continuar en su mandato?
En realidad, hubo por lo menos 3 intentos de reelección de un presidente, pero la explicación, según el anciano polÃtico, es que habÃa un grupo secreto detrás del mandatario, el llamado CÃrculo Negro, que aun cuando permitÃa al presidente el ejercicio de estepoder polÃtico, no le daba la propiedad del mismo. Su poder derivaba del control de todos los sectores sociales como la CNC y la CTM, lo que significaba que quien designaba a los dirigentes de estos sectores era este grupo secreto.
“Todo intento de reelección era motivo de pena de muerte, establecida tanto en la Constitución formal como la Real”, expone.
Este cÃrculo secreto tiene unaconnotación mÃstica o esotérica. ¿Acaso no es una simplificación o un reduccionismo de un fenómeno polÃtico más complejo?
Sà y no. Indudablemente estos señores tenÃan una obsesión compulsiva por el mantenimiento del orden. HabÃan venido de la época del desorden de la Revolución. Su principal propósito era que se mantuviese el orden y el factor central que podrÃa propiciarlo era la noreelección.

Esta no es una invención traÃda del extranjero. Es el resultado de todo un proceso. Este sistema polÃtico no surge de la casualidad, sino se remonta inclusive a los tiempos de los aztecas, los toltecas y después a Benito Juárez, Porfirio DÃaz y Plutarco ElÃas Calles, quienes, según el autor, son los 3 grandes estadistas que ha tenido México.
El CÃrculo Negro estaba formado por...