El Día De Muertos

El día de muertos, expresión de amor a los más queridos
Los primeros días de noviembre nos ofrecen un bello paisaje: el panorama de la vida humana contemplada más allá de la experiencia cotidiana,el paisaje de una vida que no acaba sino que se extiende en un pintoresco mosaico percibido por las fechas de “todo santo”.
Digno de admiración son esos días, en el que el tiempo pareciera detenerse,días de fiesta y de tristeza, de color, de sonido y de sabor. Es la fiesta del recuerdo, es presencia, es ausencia; es luto y alegría, es llanto y es sonrisa; porque trae a la mente el reflejo delfeliz destino en el que el hombre se encuentra con su divino Creador.
Los crueles segundos, ladrones de existencia, parecieran suspendidos. Es la fiesta del que ya no está; fiesta de aquellos a quienesla distancia los tiene presentes, más cerca que nunca, atravesando en ella tiempo y espacio. Fiesta donde se encuentran el amor y el temor, la tradición y la fe, la vida y la muerte, el más allá y elmás acá, tan efímero, tan fugaz.
Fiesta que espera la visita del ser amado, del padre, del abuelo, de la madre, del hijo, del anciano o del joven; como cada año se le espera en el altar domésticovestido de papel de china, frutas y flores. Se le espera en el lugar de la sepultura, no importa el precio, ni las varias monedas, ni el friecito que comienza a sentirse en los primeros de noviembre;todo esfuerzo vale la pena con tal de iluminar el camino del amado, su camino a casa.
El camino de las almas es color de fuego, de luz amarilla como de candelas y como la flor de candox, el camino delas almas huele a cempasúchil recién cortado y a humo de copal, sabe a naranja y mandarina, sabe a caña y a miel que gotea del dulce de calabaza. El camino de las almas suena a marimba y también amariachi que canta entre lágrimas al recuerdo la letra de “amor eterno”.
Se ve pasar apresurada, después de la misa de seis, una madre que lleva en brazos un fardo robusto de flores, cuyos vivos...