El Mundo

1. Introducción

El campo de la economía política de la sostenibilidad se ha caracterizado por depositar un énfasis sustancial en la elaboración de instrumentos de política ambiental, con base en un trasfondo de reflexión inter y multidisciplinaria que asume la búsqueda de soluciones a los inmensas y urgentes problemáticas ecológicas que nuestro planeta ha venido atravesando ▬y padeciendo▬ enesta era moderna: el calentamiento global, el menoscabo en la capa de ozono, la desertificación, la explotación indiscriminada y nociva sobre las fuentes hídricas, los bosques, los suelos, los yacimientos minerales y el aire, la proliferación de desechos, la reducción del hábitat de las otras especies vivientes pertenecientes a la flora y la fauna y la recurrencia a un abastecimiento energéticoque satura y degrada constantemente a los ecosistemas circundantes etc. Todas ellas están entrelazadas con los efectos colaterales ocasionados por la expansión demográfica y con las gruesas deficiencias de los modelos económicos (reflejadas en los notorios índices de pobreza e inequidad que han sociedades contemporáneas no han aminorado definitivamente), a pesar de los decenios de vigencia de lasenda de crecimiento económico que el capitalismo globalizado ha jalonado.
Toda esta abigarrada enumeración de fallas sistémicas ▬algunas de ellas de corte secular▬ motiva la necesidad de examinar más comprehensivamente los ejes conceptuales que determinan la arquitectura de los modelos de desarrollo humano existentes, los que en opinión de Vega Mora (2005: p. 16) están imbuidos intrínsecamente porun antropocentrismo excesivo que concede la primacía a la obtención de una mayor calidad de vida de la población humana, en desmedro de un equilibrio ecológico más sano, compatible con la intención inicial de la filosofía ambientalista de tender puentes hacia el “respeto, la responsabilidad y la protección de la Naturaleza”. Este autor cuestiona la mirada tradicional que privilegia laconstrucción de un sofisticado y voluminoso aparato institucional (jurídico y político), cuya consecución es tácitamente equiparada con el cumplimiento de las metas propuestas por la política ambiental. Y si bien este es un paso importante, es obvio que no debe ser el único, ni siquiera el más prominente, puesto que se espera mucho más del accionar de esta institucionalidad ▬ya sea de la local, nacional omultilateral▬ en pro de la preservación de la Naturaleza.
La razón para que subsista este síntoma, continúa Vega Mora, es que los ecosistemas no ha revestido la atención que se merecen, debido a que se los ha considerado como un objeto pasivo, accesorio y receptor de la actuación humana. En una palabra, este investigador se aboca a criticar de forma omnímoda y perspicaz las concepciones inmanentesen la doctrina del Desarrollo Sostenible, acordes con su acepción dominante hoy en día, las que acentúan el propósito de alcanzar un conjunto de metas socioeconómicas (que, dicho sea de paso, a menudo no superan el marco de lo retórico) tales como la disminución de la pobreza, la provisión de bienes colectivos como la salud, la educación, la seguridad y la infraestructura física, que inclusopueden llegar a ser directrices de alto rango de los organismos multilaterales (como por ejemplo los Objetivos de Desarrollo del Milenio esbozados por la ONU), pero que no se han planteado revisar las finalidades del modus vivendi humano de tinte consumista que ha imperado en la Modernidad.
En suma, el norte que persigue este ensayo es el de señalar algunas de las falencias que subyacen en lasconcepciones y las recetas recomendadas por las escuelas económicas ortodoxas con respecto al tópico de las políticas ambientales. En segundo lugar, se aspira a dejar entrever una mirada alternativa que muestre la posibilidad de integrar el análisis económico puro con los condicionamientos objetivos dictados por el entorno biofísico que nos rodea. En otras palabras, se bosquejará el tratamiento...