El pachuco y otros extremos

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS
Lo que nos puede distinguir del resto de los pueblos no es la siempre dudosa originalidad de nuestro carácter fruto, quizá, de las circunstancias siempre cambiantes, sino la de nuestras creaciones. Las épocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun las más antiguas, manan sangre todavía.
Al iniciar mi vida en los Estados Unidosresidí algún tiempo en Los Ángeles, ciudad habitada por más de un millón de personas de origen mexicano. A primera vista sorprende al viajero la atmósfera vagamente mexicana de la ciudad. Esta mexicanidad gusto por los adornos, descuido y negligencia, pasión reserva flotan en el aire. No se mezcla ni se funde con el otro mundo, el mundo norteamericano.
Algo semejante ocurre con los mexicanos que unoencuentra en la calle. Aunque tengan muchos años de vivir allí, usen la misma ropa, hablen el mismo idioma y sientan vergüenza de su origen, nadie los confundiría con los norteamericanos auténticos.
Los Pachucos son bandas de jóvenes, generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del sur y que se singularizan tanto por su vestimenta como por su y lenguaje. No reivindican su razani la nacionalidad de sus antepasados. El Pachuco no quiere volver a su origen mexicano, desea fundirse a la vida norteamericana. Queramos o no, estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano.
A través de un dandismo grotesco y de una conducta anárquica, se señala no tanto la injusticia a la incapacidad de una sociedad que no ha logrado asimilarlos, como su voluntadpersonal se seguir siendo distintos. El traje del Pachuco no es un uniforme ni in ropaje ritual, es simplemente, una moda. Es un clown impasible y siniestro, que no intenta hacer reír y que procura atemorizar. Sabe que sobre salir es peligroso y que su conducta irrita a la sociedad; no importa, busca, atrae la persecución y el escándalo. Es la presa que se adorna para llamar la atención de loscazadores.
Cuando llegué a los Estados Unidos me asombró por encima de todo la seguridad y la confianza de la gente, el hombre colabora activamente a la defensa del orden universal, sin cesar amenazando por lo informe. Y cuando éste se derrumba debe crear uno nuevo, esta vez suyo. Pero el exilio, la expiración y la penitencia deben preceder a la reconciliación del hombre con el universo. Nimexicano no norteamericanos hemos logrado esta reconciliación. Y lo que es más grave, temo que hayamos perdido el sentido mismo de toda la actividad humana: la conciencia, la inocencia, el hombre y la naturaleza.
Quien ha visto la esperanza, no la olvida, la busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres, y sueña que un día va encontrar lo nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cadahombre cabe la posibilidad de ser o, más exactamente, de volver a ser, otro hombre.

MASCARAS MEXICANAS
Viejo o adolecente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva, todo le sirve para defender, el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. El mexicano siempre está lejos, lejos delmundo y de los demás, lejos también de sí mismo.
El mexicano puede doblarse, humillarse, agacharse, pero no rajarse, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. Las mujeres son seres inferiores porque al entregarse, se abren. Su inferioridad es constitucional y radica en su sexo, en su ´´rajada´´, herida de que jamás cicatriza.
Nuestra cólera no se nutre nada más del temor deser utilizados por nuestros confidentes, si no de la vergüenza de haber renunciado a nuestra soledad. El macho es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y guardar lo que se le confía.
Desde niños nos enseñan a sufrir con dignidad las derrotas, concepción que no carece de grandeza. Al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. En su ámbito basta con ajustarse a los...