El sistema penintenciario y la religión

INFORME
PENITENCIARIO
Una mirada al mundo carcelario peruano
Agosto 2006
COMISIÓN EPISCOPAL DE ACCIÓN SOCIAL
Ceas
COMISION EPISCOPAL DE ACCION SOCIAL
Programa Justicia Penal y Penitenciaria
Av. Salaverry 1945 - Lince
Teléfonos: (51-1) 471-0790, 472-4712 Fax: (51-1) 471-7336
www.ceas.org.pe
ceasperu@ceas.org.pe
Impresión: Editorila ROEL SAC
Diseño y Diagramación:
Miriam De la CruzRamírez
Fotos: Archivo de CEAS
Depósito Legal Nº 2006-10663
500 ejemplares
Lima, Noviembre 2006
índice
PRESENTACIÓN 5
INTRODUCCIÓN 7
Vivir la esperanza en el penal 11
UNA MIRADA AL MUNDO CARCELARIO PERUANO 13
I. Aspectos Generales 13
II. Tratamiento y Servicios Penitenciarios 15
Social 17
Psicológico 19
Legal 22
Educación 27
Trabajo 31
2.1 Coordinación Nacional de Salud 34
III.Infraestructura y Servicios Básicos 43
IV. La Seguridad en las cárceles 48
V. Las mujeres y los niños 49
VI. Las gracias presidenciales 52
VII. El personal del Instituto Nacional Penitenciario 56
VIII. El nuevo penal de Piedras Gordas 62
IX. Experiencias de labor pastoral de la
Iglesia Católica en los penales 66
X. Recomendaciones 78

Presentación
Damos gracias a Dios por permitirnosrealizar este servicio de la Iglesia que
en muchas ocasiones es muy cuestionado, pero siguiendo la parábola del Buen
Pastor, vamos en busca de la oveja perdida, de aquel hermano o hermana que se
ha extraviado y que necesita de nuestra ayuda y también de tu ayuda.
Damos gracias a Dios por contar con grandes personas que realizan día a día esta
sacrificada labor; nos referimos a cada uno de losagentes pastorales que realizan
su servicio en cárcel, no sólo de evangelización sino de promoción humana y
de colaboración con la autoridad penitenciaria. Sin el aporte de los equipos
pastorales, sería aún más difícil la vida en una prisión. En particular, agradecemos
a los equipos de la Arquidiócesis de Lima, Arquidiócesis de Huancayo, Diócesis
de Carabayllo, Diócesis del Callao y del VicariatoApostólico de Pucallpa quienes
han contribuido con este informe.
Damos gracias a Dios por el gran trabajo de las comunidades cristianas al interior
de los centros penitenciarios, por la iniciativa de cambio constructivo en la vida
de muchas personas privadas de libertad, que requieren que la sociedad y el
Estado les otorgue una oportunidad, pero, en condiciones adecuadas para poderdesarrollarse como personas, en su familia, su comunidad y con alternativas
laborales y educativas que permitan su real dignificación. Esperamos que todas
las personas recluidas en un penal alcancen su libertad no sólo física sino también
espiritual, lo cual es muy importante para un verdadero cambio.
Damos gracias a Dios por el trabajo de las autoridades penitenciarias,
especialmente de los penalesmás alejados de las ciudades, quienes a pesar de las
diversas limitaciones buscan promover el cambio de las personas encarceladas.
Sabemos que su trabajo es arduo y que requiere de mucha humanidad.
Rogamos para que cada servidor penitenciario vea en cada persona recluida a
un hermano que requiere de su ayuda para encaminarse en nuestra sociedad. El
reto que implica esta labor requiere demucha calidad humana, responsabilidad,
profesionalismo, creatividad y transparencia.
Asimismo, agradecemos a los profesionales del INPE que han contribuido
significativamente en esta publicación; Dr. José Best Romero (Director General de
la Coordinación Nacional de Salud), Arquitecto Ricardo Crosby Russo (Director
General de Infraestructura), Licenciada Ana María Vega Zavala (asesora de laDirección General de infraestructura), Psicólogo Keneth Mora Landeo (Director
General de la Oficina de Tratamiento) y Jefes de las Áreas Legal, Psicológica y
Social de la Dirección General de Tratamiento y al Licenciado Ricardo Del Águila
Cabanilla (Director de Recursos Humanos).
Finalmente, esta publicación no sería posible si no se contara con el apoyo
generoso de Cáritas Australia, quien...