el valor de la palabra


Para algunos las palabras no son más que sonidos que emergen de su boca; sin embargo, para otros representan el significado de su vida misma, su honor, su honra, su valor como seres humanos.
La palabra como tal le da un significado a la existencia del hombre. Es la imagen de su ser interior, ésta es el resultado de la dinámica de sus diálogos internos.
En sus inicios sociales la interacciónde os seres humanos se fundamentaba tan solo en ella, en la PALABRA. Así adquirió valor como promesa, juramento, compromiso, deber, pacto, convenio, solo ella sostenida reinos, alianzas, etc., en fin la palabra regía el destino de los hombres.
Así surgieron frases como: ¡Te doy mi palabra! ¡Mi palabra es mi honor!, etc.
Este valor y significado se ha ido perdiendo cada día y las consecuencias esla perdida de CONFIANZA.
Si usted observa un poco sus diálogos con los demás, se dará cuenta de lo siguiente:
• La relación del ser humano es basada en dos características básicas: SOLICITUDES Y PROMESAS, estas son el verdadero fundamento de la interacción.
A menor numero de cumplimientos de promesas, menor confianza.
Recuerde promesas no cumplidas a nosotros mismos y a los demás, le restanseguridad y confianza.
Ahora autoevalúese:
¿Cómo estoy en lo que se refiere al uso de mi palabra?
¿Qué importancia le doy a mis promesas?

Que las palabras se las lleva el viento, es uno los dichos más populares de nuestra tradición cultural actual y también una de las afirmaciones más certeras que hay. Con nostalgia se añoran aquellos tiempos donde la palabra era la garantía más valiosa quecualquiera podía dar. Incumplir un acuerdo verbal era motivo de rechazo moral, social y razón suficiente para cerrarle las puertas a todo el que lo hiciera. Los tratos se hacían desde la buena fe y la confianza en el otro.

Aunque los tiempos han cambiado y ahora lo que no está escrito y oficializado ante la ley prácticamente no existe, es justo en este momento que debe recuperarse el valor de lapalabra, de la buena fe y de la confianza. Cada palabra pronunciada tiene tanta fuerza que por eso hay que pensar con detenimiento antes de dejarla salir. Del tono, la expresión, el momento y por supuesto la intención, depende la efectividad de que esa palabra expresada logre su propósito y posibilite la transformación de una situación difícil en una posibilidad de mejorar una relación o lograrun acuerdo para una negociación o superar un malentendido.

La única forma de manifestación de la palabra no es la que se pronuncia, también se expresa de forma escrita o con las actitudes y no necesariamente fluye solo para manifestar un pensamiento o una emoción, lamentablemente también se usa para encubrir, ocultar, manipular y dañar. Por la palabra se han generado millones de confrontacionespero también se pueden evitar muchas, por defender su palabra han muerto muchos y por ocultarla y encubrirla, sobreviven otros tantos.

Es afortunado quien valora la palabra como su principal tarjeta de presentación, qué maravilla que aún sobrevivan tradiciones en algunas culturas donde la figura del “palabrero” es sagrada y se considera un título honorable. Por ejemplo en algunas comunidadesWayúu en La Guajira, aún se resuelven los conflictos y se concretan negocios con la intermediación del palabrero que por su experiencia y la confianza que genera, es respetado por todos y sus designios, acatados sin ningún tipo de documento como testigo.

No en vano Gadamer defendía el valor de la palabra a través del ejercicio de la literatura, la escritura y el diálogo en su libro Arte y verdadde la palabra. Recuperarla como una de las más auténticas formas de relación y comunicación que nos quedan, es vital para estos tiempos de crisis, volver a creer y confiar en lo que el otro dice para buscar puntos de encuentro posibilitaría caminos más efectivos y ágiles para la solución de tantos conflictos que pueden resolverse por vías menos tortuosas y sin tanto dolor. Tenemos todavía mucho...