Elogio De La Teoría
Hans-George Gadamer (1993)
Existe una tradición de elogios ceremoniales en la que un reconocido mérito experimenta su ensalzamiento. Los dioses y los héroes, el amor o la patria, la guerra y la paz, la justicia, la sabiduría, incluso la edad fue en tiempos pasados una gloria, y no como hoy, algo infame, un defecto, una carencia de la que nos avergonzamos. Es ésta una bellatradición de un mundo seguro y consciente de sus ideales, que fomentaba un género entero del arte del discurso, considerado, a su vez, como un bien legítimo. A ella le está dedicado este elogio.
También la vida dedicada a la teoría era uno de los objetos de tal glorificación, y desde los días de Sócrates y Platón existe un género del discurso o literario llamado «protréptico», es decir,discursos o escritos que hacían propaganda a favor de la teoría. El nombre antiguo para «teoría» que aparecía en este tratamiento, era ciertamente otro: filosofía, el amor al sophon, al saber verdadero, al saber de lo verdadero. Platón caracterizó y distinguió, en primer lugar, la vida dedicada al saber puro, a la filosofía, como ideal de vida «teórico», y precisamente con ello desafió el modelo deconciencia de su ciudad natal Atenas y de su sociedad. Pues sus ciudadanos «libres» ‑en contraposición a los estamentos trabajadores de los metecos y de los esclavos‑ estaban destinados a la política, a la participación activa en la vida pública. Tratándose de lo que convenía al muchacho adolescente ‑de las muchachas nunca se trataba‑, unos años dedicados a las cuestiones teóricas y musicales,ya eran sencillamente un camino de formación, de iniciación y de maduración, característico de la infancia, que todavía en el nombre de su formación, paideia ‑«pedagogía»‑, guardaba relación con las etapas de la vida del niño, del país, y con sus juegos, paideia.
La entrada en la vida era una entrada en la praxis de la política. De esta forma la palabra «teoría» nos enseña algo sobre la cosa,el concepto: la proximidad de la teoría como mero ejemplo, como mero indagar y contemplar asombrado, alejado de toda necesidad y utilidad, de todo negocio serio. La palabra «praxis» se definía como palabra contraria al concepto de teoría y lo ponía en relación con el problema de la experiencia de la vida adulta que se declara en el dicho común (Kant lo trató expresamente una vez: «Puede que seacorrecto en la teoría, pero no se da en la praxis»). El elogio de la teoría deviene contradiscurso, contra lo opuesto de la praxis. Ya fue así en los comienzos griegos. ¿Tenemos motivos para escucharlos todavía? Confieso que, para mí, y en razón de mi propio trabajo científico, siempre me parece indicado afirmar esta pregunta. ¿Cómo era este elogio entonces?
Es claro que en las fases tempranasdel desarrollo cultural humano y del dominio de la vida, el simple querer saber representaba una excepción inusitada, necesitada de justificación a través de intereses religiosos o prácticos, ya fuese en Egipto, en Babilonia o en cualquier lugar donde se investigara geometría, álgebra o astronomía. También los primeros «filósofos» de Grecia fueron realmente, si exceptuamos la existenciaexcepcional de Heráclito, ciudadanos completamente ocupados de su ciudad, y al fin y al cabo, con frecuencia, no alcanzaron la fama por su visión económica o política. Por eso la abstinencia política de Platón, quien alzó sobre el pavés la palabra «teoría», fue ciertamente una provocación, así como la fundación de la academia, que como escuela vitalicia parecía fomentar la retirada de la políticay el ideal de vida teórica (e introdujo a los filósofos en la fama de ser inoperantes para la política práctica). Ya la tenaz interrogación de Sócrates por lo bueno, y tanto más su continuación a través de Platón, quien vinculó con ello la abstracción de la matemática y la dialéctica, debió de parecer una insensatez a los pragmáticos políticos y a sus sofistas abogados.
Platón ofreció una...
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