En Medio De Nosotros
El evangelio de Juan dibuja con rasgos precisos cómo se quedan los discípulos al desaparecer Jesús de entre ellos. Podrían servir para describir algunas de nuestrascomunidades: «está anocheciendo» y comienza a apagarse la luz; los discípulos están paralizados «por el miedo»; el grupo permanece «con las puertas cerradas» y sin horizonte alguno. Sencillamente, falta Jesús.Cuando lo experimentan de nuevo lleno de vida, todo cambia y se transforma. No están solos. Está Jesús en medio de ellos animando, impulsando y recreando al grupo. Él los libera del miedo, lesinfunde paz, les contagia su alegría, abre puertas y ventanas: «Paz a vosotros. Recibid el Espíritu. Yo os envío como el Padre me envió a mí».
El centro de una comunidad cristiana no es el párroco, lasuperiora ni el abad. Es Cristo vivo, escondido en el corazón de cada creyente, y resplandeciente en la amistad, el afecto mutuo y el servicio recíproco de todos. Esta experiencia de Jesús viviente,recordada, buscada y alimentada en la cena del Señor, en la escucha de su evangelio y en la oración compartida es lo único que puede transformar hoy nuestras parroquias, grupos y comunidades.
Si nosentimos su presencia viva entre nosotros, ¿quién va a llenar nuestro corazón, dónde se va a alimentar nuestra alegría, qué nos va a sostener? Y, si falta la alegría que brota de Jesús, quién va acomunicar algo «nuevo y bueno» a la gente de hoy, quién va a enseñar a creer de manera más viva, quién va a abrir caminos nuevos hacia los que sufren?
En muchos países, la Iglesia comprueba que susritos y doctrinas interesan cada vez menos. Lo estamos pasando mal. Pero lo que está sucediendo no es, quizás, tan malo. Nos va a hacer bien. Cada vez va a ser más imposible un cristianismo vacío delespíritu de Jesús y de la frescura del evangelio. Pronto nos veremos obligados a hacernos preguntas cada vez más esenciales. Pronto nos iremos comprometiendo en una transformación más evangélica de...
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