Engaño óptico
En el capítulo VIII, cuando D. Quijote traba combate con el iracundovizcaíno, Cervantes mantiene y complica el juego del falso autor o autores al decir que «en este punto y término deja pendiente el autor desta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escritodestas hazañas de don Quijote, de las que deja referidas». Y en el capítulo IX, Cervantes, dejándonos de nuevo oír su voz como apesadumbrado lector que se quedó con las ganas de saber en qué pararía laaventura del vizcaíno, nos presenta ya, con gran lujo de detalles, la invención del historiador arábigo Cide Hamete Benengeli como autor de la Historia de don Quijote de la Mancha. A partir de esemomento Cervantes mantendrá, en los dos Quijotes, el de 1605 y el de 1615, esa ficción del manuscrito arábigo de Benengeli, superponiendo, en ocasiones, a la voz de éste como autor, la suya comotraductor.
Si he recordado todo esto tan conocido y tan estudiado, ha sido para señalar que, en última instancia, el punto de vista adoptado por Cervantes al narrarnos y presentarnos los hechos de D. Quijotees el propio del tradicionalmente considerado autor omnisciente, que todo lo sabe respecto a sus personajes y que parece llevar siempre la batuta y marcar el ritmo de la acción. El juego a que sededica ese autor en el Quijote de 1615, en los capítulos dedicados a las acciones de Sancho Panza como gobernador en la Ínsula Barataria, alternando los hechos del escudero con los de su amo, D....
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