Ensayo
Palabras clave: etnografía de México, Ciudad de México, pueblos originarios.
En el comienzo del tercer milenio y en el marco de la reforma política que devuelve a los habitantes del Distrito Federal la capacidad de elegir por voto universal a sus autoridadeslocales, básicamente a los delegados y al Jefe de Gobierno, aparece un nuevo sujeto político, los Pueblos Originarios, que recupera una dimensión negada de la Ciudad de México: la de su sustrato mesoamericano, con su vasta diversidad cultural. Paradójicamente estos nuevos actores aducen una gran antigüedad
en la ocupación del espacio de la actual capital del país y se nos presentan comoherederos de las antiguas civilizaciones que se han sucedido en la cuenca de México a través de los tiempos. En efecto, ellos encarnan la presencia de la rica tradición mesoamericana, expresada en diversas facetas de su cultura, pero también muestran la pesada huella del medievalismo hispano que los ha marcado profundamente en muchas de sus expresiones, particularmente en las formas actuales con las quehan asumido su religiosidad, a la que se le ha calificado, con un dejo discriminatorio, como “popular”, o ya en pleno etnocentrismo cristiano como “paganismo”.
La presencia de los pueblos originarios de pronto nos resulta evidente y rica en las formas que constituyen a la posmoderna y globalizada Ciudad de México; por un lado, nos encontramos con la toponimia de raíz náhuatl, es decir, un tantocastellanizada, la cual cubre la vasta extensión –no sólo de la ávida mancha urbana que configura lo que se llama la Zona Metropolitana de la Ciudad de México– sino el espacio histórico más amplio en que se ubica la cuenca de México. Las calles, los viejos poblados, las líneas del transporte público (desde los microbuses hasta las paradas del Metro) anuncian en tales nahuatlismos sus terminales,sus estaciones o bien sus rutas. Pero también tienen otras manifestaciones que resultan molestas y hasta ofensivas para muchos de sus habitantes, particularmente a una clase media que se siente cosmopolita e imita en sus costumbres la cultura que llega de los países del norte; para ellos resulta ofensivo el ruido sistemático de los cohetes, de las bandas de música y de los vehículos que forman lasgrandes procesiones de los pueblos originarios, las cuales se desplazan por su antiguo espacio, el cual recuperan simbólicamente en sus extensos y frecuentes ciclos ceremoniales.
Pero, ¿qué son los pueblos originarios? ¿Cuántos son? ¿Dónde están exactamente?
Las diversas manifestaciones políticas de los pueblos originarios ofrecen una respuesta parcial, es decir, sus movilizaciones, susreclamos sociales y políticos; también su presencia ha suscitado una nutrida discusión entre los estudiosos, pues no hay acuerdo sobre sus características, incluso, no todos los que analizan el fenómeno urbano de la Ciudad de México reconocen su presencia; algunos de ellos, embebidos en las formas nuevas de las culturas urbanas y en las transformaciones
provocadas por el proceso de globalización, ven...
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