Ensoñación mortoria

 
   
Ensoñación mortuoria
 
 

Por: Deividio Ollirt

 
⧫ Abrí los  ojos y la luz cegadora de la ventana me deslumbraba. Intente levantarme,  me dolía todo el cuerpo. Mire a mi alrededor: una mesita de noche blanca con una jarra de flores encima, eran rosas rojas y claveles blancos; un vestidor, la cama sobre la que estaba recostado, con sabanas blancas; una puerta y una ventana, junto ala cual se hallaba sentada una chica.
De la chica brotaba un misterioso halo de sigilo y negrura, pues permanecía callada portando un vestido de encajes negros y blancos. Parecía ensimismada escribiendo en su libreta diversos apuntes y notas. De repente, dejo de prestarle atención y se centro en mí; se percató de que la miraba.
-       Oh, despertasteis. ¿Cómo os sentís?-  Me saludo.
Tenía loscabellos como extensas hila-duras de oro, sujeto con una felpa oscura; su rostro era como el de una antigua muñeca de porcelana, de tez blanca, con pequeños y profundos ojos acristalados  de un azul claro. Sus labios, pequeños y sutiles, de un  color negro azabache, al igual que el sombreado de sus ojos; resaltaban las facciones de su cara.
-       Bien, creo. ¿Qué me ha pasado?- Le pregunte conconfusión.
Me miró con suspicacia. En su rostro se reflejo una disimulada sonrisa picara.
-       ¿No lo recordáis?. Umm, es extraño. ¿Será fruto del accidente?
Me cruce de brazos, un sudor frío me recorrió todo el cuerpo, reviví ese accidente de auto. Me surgieron varias preguntas.
-       ¿Por qué no tengo ninguna herida?, ¿He muerto?
-       Umm- Dudó- No
-       Entonces, no he muerto,¿no?
-       No - Negó con una amplia sonrisa
-       Pero si has dicho que no había muerto, ¡no me líes!
-       Tranquilizaos, estáis entremedias, ni vivís ni morís, vivís una realidad muerta, fruto de vuestra mente creativa y alma viajera.
-       ¿Qué dices?, ¿quién demonios eres?- Grité
La expresión en su rostro cambió, se torno más seria, aunque su sonrisa no terminaba de desaparecer,parecía crecer sigilosamente.
-       En numerosas culturas, a lo largo del tiempo, se me ha llamado, retratado e incluso venerado de diversas formas; soy un ser intermedio, guía de un paso estrecho de oscuras formas y fácil acceso. -Sonrió- Soy un shinigamí, la parca, la muerte.
-       Creía que eras más huesuda, con el set capucha-guadaña, ya sabes más fúnebre y oscura
-       Jo, tenéis unaimagen fea de mí -sollozó- Además confiaba en que no me creyerais
-       Entonces, ¿vienes a por mí? -Pregunte con temor
-       No, aún es pronto. ¿Os parece que charlemos?- Respondió tomando asiento, su  expresión había vuelto a la calma.
-       O bien. ¿Cómo te va? -No sabía que decir.
-       Bien supongo, es un trabajo agitado pero alguien ha de hacerlo
-       Y ¿por qué no te tomas unrespiro?
-       No puedo hacer eso os mal acostumbraríais.-Respondió de mala gana
-       Que va viviríamos mejor
-       No sabéis lo que decís- Se puso seria pero su sonrisa se mantenía. - La inmortalidad, que lujo pensareis, que martirio pienso yo, ver pasar el tiempo, a la familia envejecer y no poder estar con ellos en su totalidad, pues no podéis cruzar el más allá.  Porque hombres ymujeres, causantes de muertes por envidia, por un mal uso de vuestra razón e imaginación, me acusáis de estar al cargo de ello. Aunque numerosas veces he aplacado el dolor que os aflige, pocas son las veces en que me lo agradecéis. Así pues mediad vuestras palabras. - Sentencio.
-       Si tan solo no envejeciéramos, seriamos más felices – Bravuconee.
-       Veo que no aprendéis, eh, os lomostrare pues.- Dijo.
Dirigió con firmeza una mano hacia su pecho, extrayendo de él un colgante con una sinuosa forma que recordaba a una llave antigua de color blanco hueso.  Se dirigió a una pared cercana y empezó a rayarla con eso. La pared comenzó a desconcharse.
-       ¿Qué es haces? - Grite.
-       No os apuréis, solo estoy haciendo unos cambios de nada. - Afirmo serena – Esto es la llave...