Es un bichito, una planta

“Es un bichito
Es una planta”

de Rossana Mutarelli

Mientras leía la conceptualización de Boaventura De Sousa Santos*1 sobre la razón metonímica y la razón proléptica, como profesora de literatura, me resultó particularmente interesante el uso de estas categorías por un sociólogo. Muchas veces he observado la forma en que muchas figuras literarias son utilizadas por el discurso habitualy cotidiano de los docentes y al encarar este trabajo resolví justamente hacer el análisis de las metáforas o expresiones que los docentes emplean para referirse a sus alumnos, desde el punto de vista de sus implicancias políticas.
Lo dicho espontáneamente por cada uno de nosotros como docentes, directores etc, tiene, evidentemente, mucho que ver con la postura política que se asume frente almundo. El lenguaje configura al mundo y al hablante que lo usa. Estructura y es estructurador. Delata paradigmas. En la selección de las palabras que usamos en clase con los propios alumnos, en sala de profesores, en la coordinación, asumimos posiciones que tienen consecuencias políticas.
Tomo la elaboración realizada por Dermeval Saviani para explicar esta afirmación:

“La dimensión políticade la educación consiste en que, dirigiéndose a los no antagónicos, la educación los fortalece (o debilita) por referencia a los antagónicos y de ese modo potencializa (o despotencializa) su práctica política… La dimensión política de la educación envuelve, a su vez, la apropiación de los instrumentos culturales que serán accionados en la lucha contra los antagónicos”*2

Creo que quizás la formamás simple de plantearnos sobre cuál es nuestra postura política en educación tiene que ver con analizar si estamos o no conformes con el mundo tal cual es y si hacemos algo para cambiarlo. O si, como dice Boaventura, creemos en utopías realistas*3. Si nos afiliamos a esta última posición, lo que estaremos buscando en cada acto pedagógico será potencializar la práctica política de losestudiantes, que no es otra cosa que la construcción en conjunto y la apropiación del conocimiento que les permita emanciparse. Para poder hacer esto, naturalmente tenemos que confiar en las posibilidades de hacerlo que ellos tienen.
Pero está claro que las palabras que algunos docentes usan para referirse al estudiante no sólo implican el desconocimiento práctico de que es un sujeto de derechos, un parno sólo del par contemporáneo, sino un par nuestro, sino que en lugar de potenciarlo, lo minimizan o lo mutan en otra cosa. Y acá es donde vuelvo sobre el concepto de metáfora. Ésta, a diferencia de la metonimia, que ocurre por contigüidad, y donde se sustituye la parte por el todo, se realiza cuando se sustituye un término por otro en función de una relación de semejanza.
Suena terrible y lo esmás aún, porque no lo he escuchado en boca de malos docentes, sino en la de muchos que eran competentes en su tarea y que gozaban de una general aprobación de sus pares.
Aunque suene escandaloso, he escuchado sobre distintos alumnos las siguientes metáforas:

• “Es una planta”
• “Es un bichito”

Es un ejemplo extremo. Lo sé. Pero no es poco habitual. He escuchado estos conceptos u otrostrabajando como adscripta y como profesora en un liceo cuya población estudiantil pertenece en su mayoría a hogares carenciados, con madre y/o padre ausentes o desocupados y que, de acuerdo al último censo de aprendizajes realizado en 1999, pertenecían a un nivel socioeconómico y cultural medio bajo. Un porcentaje de ellos presentaban dificultades de aprendizaje en matemática, lectoescritura,comprensión o simplemente no participaban nunca en clase.

Estas metáforas implican que sobre el estudiante se ha realizado una mutación de la persona-sujeto de derechos a la condición de ser vivo, porque al igual que la planta no se espera su voz, no se espera que tenga capacidad de escucha, de comunicación, se descree de su posibilidad de tener y generar herramientas sociales, se lo piensa...