Estilos De Vida

VIVA FUERA DE LA CIUDAD.
Oportunidades y estilos de vida sanos.
¡Qué maravilla! cuando recuerdo los años que pasé en la finca con mis papás en la infancia y parte de la adolescencia: Los días de despertares sin afanes, sin problemas de transporte a distancias largas, sentirse más tranquilo y sin tanto ruido. Allá, el silencio del amanecer sólo se interrumpía con el canto del gallo a las 4 y 45de la mañana, y los pájaros después de las 5, hacían cada vez más fuerte el concierto de canoras a medida que aclaraba el día. Después y como de costumbre, levantarse a tomar tinto, escuchar las charlas de los abuelos con sus historias interesantes de realidades, en otras ocasiones de leyendas.
Seguía el día con las labores, en la mañana el estudio y en la tarde ayudar con algunos trabajos dela casa; o ir a la montaña a realizar el pastoreo de las cabras, ovejas y vacunos; disfrutando del olor a miel del trapiche, de la tierra mojada cuando llovía y del monte cuando reverdecía. De regreso, recoger algunas frutas y legumbres, huevos de codorniz o tratar de cazar algún conejo, no sin antes quedarse un rato jugando fútbol o elevando una cometa.
Al anochecer y como despedida del día,llegaba el canto de las cigarras, y por último las ranas y los grillos. Me gustaba recostarme en el pasto para ver las estrellas, aprovechando la mayor parte del año con el cielo despejado. Si era verano y en especial en diciembre, llegaban los familiares, las visitas, era tiempo de ir al río a divertirse o de visitar otros sitios. La llegada del invierno, la anunciaba el vuelo bajo de lasgolondrinas, no sé por qué; entonces era tiempo de pesca debido a la subienda del bocachico, y aunque la pesca no fuera buena, la ilusión era muy grande. Y muchas otras cosas interesantes, las cuales dejo a la imaginación.
Pero un día, las cosas cambiaron. Llegó la noticia de que había trabajo en la ciudad y con ésta, muchas expectativas. Ahora en la ciudad empecé a conocer qué era hacer su propiodesayuno, pagar un arriendo, salir a la calle con una mente más centrada en la seguridad personal. Atrás quedó el cantar de los pájaros al amanecer, ahora lo remplazaba el bullicio del transporte para ir a trabajar, las comidas caseras pero opulentas ya no estaban; si quería comer o tener algo, debía ser muy medido con el dinero. Al principio fue difícil porque no había amigos, luego cuando empezarona aparecer, se tornó como amañador el ambiente. No hay que negar que había cosas interesantes, lugares, comidas, culturas varias y hasta mucho frío. Pero hoy en día, la situación toma otro giro; la mayoría se traslada a la ciudad, ya sea por su propio gusto, por un trabajo como yo en un principio, otros por desplazamiento forzado o en busca de mejores condiciones de vida.
Esto genera unapanorámica diferente de la que se esperaba al principio; con tanta gente esas mejores condiciones de vida, hace tiempo empezaron a desvanecerse; por esta razón expondré mi punto de vista frente al fenómeno. No solamente tener trabajo y dinero hace a las personas felices; no hay que perder los espacios para crear momentos de evocación, tranquilidad y reflexión; al final la batalla contra lacotidianeidad, la rutina y el vivir para el trabajo puede resultar pírrica.
Si son los productos de consumo diario, son más costosos, o si son los servicios públicos, se vuelven como langosta que se traga todo a su paso. El agua que no tenía ningún precio, ahora se paga según estratos y cada vez hay menos, las demás cosas, como la vivienda, se está volviendo cada vez más costosa por estar en la ciudad.Nos quejamos que no hay tiempo como antes para hacer ejercicio; gran parte del día lo pasamos en recorrer grandes distancias dentro de la ciudad y con trancones. Todas estas preocupaciones producen un desgaste físico y mental que generan mayor estrés.
Al pasar los años, nos empezamos a dar cuenta que hay ciertas cosas que ya no podemos hacer y que nos hubiera gustado hacer. Otras aún las...