Frankenstein Educador

Frankenstein, o el mito de la educación como fabricación:
La educación necesaria, o por qué jamás se ha visto una abeja demócrata:
El pequeño humano al nacer no sabe nada. Tendrá que familiarizarse con multitud de signos, acceder a una lengua llamada “materna”, inscribirse en una colectividad determinada, aprender a identificar y respetar los ritos, las costumbres y los valores que su entornoprimero le impone y después le propone.
El niño necesita ser acogido, necesita que haya adultos que le ayuden a estabilizar progresivamente las capacidades entales que le ayudarán a vivir en el mundo, a adaptarse a las dificultades con que se encuentre y a conseguir él mismo progresivamente sus propios saberes.
El niño vivirá paulatinamente experiencias cada vez más complejas como por ejemplo elreconocimiento de su propio cuerpo en el espejo, el descubrimiento en los juegos de escondite de que un objeto no desaparece enteramente cuando sale del campo visual, etc.
Educar no es sólo desarrollar una inteligencia formal capaz de resolver problemas de la vida cotidiana. Educar es también desarrollar una inteligencia histórica capaz de discernir en qué herencias culturales se está inscrito.De quién soy hijo? , se pregunta siempre el niño en esos instantes de extraño ensoñamiento en que imagina haber sido abandonado de pequeño en la escalera de una iglesia.
La búsqueda identitaria es básicamente una interrogación sobre los orígenes. El sujeto sólo puede vivir, pensar o crear algo nuevo si ha hecho suya hasta cierto punto su propia historia y ésta le proporciona las clavesnecesarias para la lectura de su entorno, para la comprensión del comportamiento de quienes lo rodean, para la interpretación de los acontecimientos de la sociedad en la que vive.
No ha pasado tanto tiempo desde que las diferencias generacionales eran mínimas: antes se compartían en la mesa charlas que de algún modo garantizaban que el vinculo entre generaciones por impregnación, sin que esa transmisiónfuera sistemática y ordenada. Estas conversaciones en la mesa bastaban para que las generaciones siguientes no fuesen del todo extrañas a las precedentes.
Hoy en cambio, vivimos una aceleración sin precedentes en la historia. De una generación a la otra, el entorno cultural cambia radicalmente, hasta el punto que la transmisión por impregnación se ha hecho en muchas familias particularmentedifícil. La oleada de imágenes televisuales es, a veces, la única cultura común de las familias. A falta de nada que compartir, ni comidas, ni preocupaciones, ni intereses convergentes, ni cultura común, las relaciones entre generaciones se han instrumentalizado.
En esas condiciones de aumento del desfase entre generaciones y de inmolación de la transmisión cultural nos encontramos con adolescentes sinraíces ni historia, sin acceso a la palabra, dedicados por entero a satisfacer impulsos originales.
Pigmalión, o la fortuna pedagógica de una curiosa historia de amor:
El hombre, entonces, es “hecho” por otros. Una o mas personas se encargan siempre de un modo u otro de su educación.
Hace menos de un siglo, pese a algunas mentes audaces, la mayor parte de las dificultades intelectuales de losniños eran consideradas deficiencias mentales congénitas e incurables. Hoy, en cambio, muchos educadores se dedican precisamente a reeducar a aquellos a los que en otros tiempos se creía excluidos para siempre del acceso al lenguaje y la cultura.
En el campo escolar la evolución es del mismo orden: así como hace una veintena de años dominaba una “sociología determinista” que hacía de la escuelauna máquina para la reproducción sistemática de las desigualdades sociales, hoy se descubren fenómenos que se denominan “efecto maestro”; claro que la posición social de los alumnos sigue determinando enormemente su futuro escolar…, pero a igualdad de posición social se discierne la existencia de prácticas pedagógicas y proyectos de centros que permiten esperar éxitos que quebranten el...