Fusion del jazz y la mùsica de india
Caravelí, MareS y lOMaS
rEcorridos. ParaíSOS POr deSCubrir en el litOral arequiPeñO
Uno de los paisajes costeños más impresionantes del Perú se esconde en la provincia de Caravelí, Arequipa. A sus bellas playas se suman incontables restos arqueológicos, las verdes lomas de Atiquipa frente al océano y puertos históricos como Chala. Toda una invitación para este verano.
Escribe Álvaro rocha Fotos luis Yupanqui
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>ColinaS vivaS. Las lomas de Atiquipa –seis veces más extensas que las de Lachay– florecen en octubre, pero a veces mantienen su verdor hasta entrado elverano.
>aquelloS tiemPoS. La casona verde y su precioso balcón pertenecen a uno de los comercios más antiguos de Chala, la Wong Li y Cía.
>de bote a bote. Chala es ante todo un puerto, pero con buenos sitios donde alojarse como el hotel de turistas (al fondo, de amarillo).
en el diStritO de atiquiPa SOrPrende PueblO viejO, un COMPlejO arqueOlógiCO –frente al OCéanO– baStante MáS extenSO que el PrOMOCiOnadO PuertO inCa. falta un trabajO de PueSta en valOr.
gando mochilas y bultos. Algunos iban a Camaná o a la ciudad de Arequipa. Una coaster estaba casi lista para partir a Nasca. La resaca del año nuevo todavía continuaba. También había varias combis en cuyo interior se apiñaban muchos hombres de mirada desconfiada. Eran los mineros informales. Y es que el auge comercial de Chala se debe más al oro de sus serranías que a la bonanza de un puerto que todavía mantiene su importancia, a pesar de que sus años dorados ya pasaron y la dignidad de sus venerables casonas se ve ahora afectada por el tiempo. MErcados Y Erizos En Chala nos recibió Jessica Escobar, graduada en Turismo de la Universidad Nacional de San Agustín, quien nos acompañaría los siguientes días en el
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>del verde al azul. Una moto –el transporte más utilizado en la zona– se dirige desde las lomas al balneario de Silaka, donde veranean los pobladores de Jaqui. A la derecha, Puerto Inca, el sitio arqueológico más visitado de la zona, dado a conocer por Max Uhle en 1905. En Caravelí abundan restos de la cultura Tiawanako.
u mirada podía acribillar como si fuera un fusil. “Son 60 soles, caballero, decídase rápido o bájese”. Otros pasajeros pitearon, pero todos habían pagado sobreprecio. La oferta y la demanda se convierten en un robo en época de fiestas. El pasaje normal a Chala –desde el puente Atocongo– cuesta 40 soles en cualquier otra época del año. En fin, subimos resignados y ocupamos nuestros asientos mientras la noche recién pestañeaba. Las luces amarillas al costado de la Panamericana viborearon en nuestros ojos hasta que se nos apagó el televisor. No nos despertamos hasta que el bus paró en Yauca a eso de las cuatro de la madrugada y hubo alboroto al abrir la bodega para que los pasajeros buscaran sus maletas en la oscuridad. días dE chala Bajo el azul celeste del amane-
cer la Panamericana abandonó el desierto y serpenteó por unos colosales cerros que arrimaban sus moles al mar. Era la zona que íbamos a recorrer los días siguientes. Poco después de las 5 a.m. ya estábamos en Chala, el poblado más grande de esta zona del litoral arequipeño. En la primera mitad del siglo XX vivió una prosperidad sin precedentes porque recibía caravanas de caballos con productos prove-
nientes de todo el sur andino. De allí eran exportados a Europa. Había fiestas y gran pompa. En 1945 llegó la Panamericana y con ella un hotel de turistas y fábricas pesqueras. En 1948 un tsunami arrasó el distrito y destrozó el muelle, y con él se hundió la prosperidad también. Lo que nosotros vimos era que Chala parecía un gran paradero informal, con grupos de gente esperando movilidad car-...
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