Haasta no verte Jesus mio

Zaida F. Aguilar

La contra postura conductual de Jesusa Palancares como la desmitificación de la mujer mexicana del siglo XX definida por Octavio Paz.
El escritor y psicólogo Timothy Leary propone que “Un hombre soporta el dolor como un castigo no merecido; una mujer lo asume como su patrimonio natural. A las mujeres que pretenden ser iguales que los hombres les faltan ambición.” (qtd. inEducación y sexismo). Partiendo del concepto anterior, no es extraño forjarse una representación femenina estereotipada que dista mucho de asemejar a su referente original. La contra postura conductual de Jesusa Palancares en la obra Hasta no verte Jesús Mío de la Autora Elena Poniatowska, busca desmitificar el rol femenino establecido por la sociedad mexicana del siglo XX , retando los patronesconvencionales a través de experiencias vivenciales que desglorifican a la mujer abnegada y sumisa, explorando su existencia desde una perspectiva andrógina.
Un simulacro preponderante, aunque, hasta cierto punto infructuoso, que pesa sobre la mujer mexicana, ha sido extraído de la postura que ofrece el escritor Octavio Paz en su obra El laberinto de la Soledad. En su propuesta, Paz señalasobre la mujer mexicana: “Las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse, se abren.” (Paz, 27). El autor continúa:
“Los mexicanos consideran a la mujer como un instrumento, ya de los deseos del hombre, ya de los fines que le asignan la ley, la sociedad o la moral. Fines… sobre los que nunca se le ha pedido su consentimiento y en cuya realización participa solo pasivamente, en tanto que«depositaria» de ciertos valores. Prostituta, diosa, gran señora, amante, la mujer transmite o conserva, pero no crea los valores y energías que le confían la naturaleza o la sociedad. En un mundo hecho a la imagen de los hombres, la mujer es solo un reflejo de la voluntad y querer masculinos” (32)

Dentro de su descripción, Paz continúa dando muestras parciales sobre la percepción social de lamujer, que lejos de definirla, la estereotipan bajo conceptos tales como: “Un ser oscuro, secreto y pasivo” (32). La mujer es también definida como un ser sin instintos con una imposibilidad de tener una vida personal o de ser dueña de su deseo así como alguien sin voluntad (33). El autor añade sobre el género femenino: (Es) “un símbolo que representa la estabilidad y continuidad de la raza” (34) yagrega que: “La «sufrida mujer mexicana». El ídolo siempre vulnerable… - se transforma en una víctima, pero en víctima endurecida e insensible al sufrimiento, encallecida a fuerza de sufrir” (34). En resumen, Octavio Paz le otorga a la mujer mexicana el insigne título de: “La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior” (70) ya que de acuerdo con el autor “Toda mujer, aún laque se da voluntariamente es desgarrada, chingada por el hombre” (72).
Los conceptos anteriores no distan mucho de la percepción que la sociedad del siglo XX y la época actual tienen sobre la mujer mexicana; sin embargo, como se mencionó con anterioridad, el hecho de que la percepción como modelo de simulacro sea bastante sólido, dista mucho de representar eficazmente al marco referente originalal provenir éste de un sector hegemónico machista y misógino. Aunque la mayoría de los modelos mexicanos femeninos están basados en la mujer descrita por Paz, existen mujeres que constituyen una matriz más apegada a la forma, las cuales, a través de sus conductas, rompen con los moldes establecidos dando prueba de la imprecisión de la efigie preconcebida. Jesusa Palancares es prueba fehacientede ello; él personaje de la obra adquiere autoridad al provenir de un testimonio fidedigno de Josefina Bórquez recopilado a través de la gestante Poniatowska.
Jesusa muestra una faceta que se contrapone a lo descrito por Paz, si bien es cierto que le toca desempeñar los roles tradicionales, la protagonista no los asume abnegadamente, sino que por el contrario, reta los convencionalismos...